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La odisea de los giles

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@| Luego de ver “La Odisea de los giles”, que revive la persistencia de nuestro país en permanecer en un laberinto autodestructivo sin lograr progresos institucionales, pensaba en como continuaría la vida de los esforzados vecinos que se unieron para reabrir la empresa acopiadora y devenidos en empresarios.

En primer lugar, deberán afrontar un tema no menor cual es cumplimentar áridos y cambiantes requerimientos burocráticos, para ajustar la actividad y la infraestructura a la actividad a realizar. No debe ser subestimada porque lo más simple adquiere visos de ciencia ficción burocrática en versiones recargadas del “cuento del arbolito”.

Tendrán que tener en cuenta la voracidad del municipio que intentará aplicar todo tipo de tasas sobre el emprendimiento y también crearán nuevas, con nombres ingeniosos y creativos al solo fin recaudatorio (eco tasas, seguridad e higiene, publicidad, etc.) y algún adicional por "infraestructura".

Recordar que acumularán créditos de Ingresos Brutos en jurisdicciones que nunca tuvieron actividad y que tendrán dinero que les pertenece “custodiado" por fiscos provinciales que nunca podrán recuperar.

Probablemente, los contratos estarán gravados por el Impuesto de Sellos, aunque la documentación sea virtual. También que cuando paguen el impuesto a las Ganancias, deberán estimar el anticipo de renta del año siguiente, porque el fisco nacional es previsor y optimista, y prevé que tendrán una ganancia igual o mayor.

Deberán lidiar con ausentismos reiterados del personal que generarán inconvenientes y mayores costos en la operatoria diaria, creativos reclamos laborales que a pesar de lo inverosímil, el proceso judicial debe tomar por real, y que, aunque sean rechazados, detraerán tiempo y dinero, además de la fea sensación de ser demandado injustamente por una persona con quien tuvo un trato personal.

No olviden invertir en seguridad edilicia para evitar robos y dedicar tiempo a la revisión y mejora continua de los procesos para detectar posibles fraudes internos.

Pagar en fecha todos los impuestos y cargas sociales porque los intereses son elevados y los sistemas dejan en evidencia en forma inmediata cualquier demora, activan el reclamo judicial y embargo preventivo de todas las cuentas bancarias que impiden operar.

Si dependen de alguna obra que mejore los accesos a la planta, deberán aguardar la adjudicación de la licitación y rezar para que se cumpla en tiempo y forma y ajustada a las especificaciones de calidad y extensión estipulada en el pliego para que no se deteriore al poco tiempo.

En el tiempo remanente, deberán prestar atención a la actividad comercial, es decir, ampliar clientela, optimizar costos y operatoria, para promover la fuente de ingresos para pagar todo lo anterior. Y si les sobra plata, que la ahorren por eventuales contingencias.

Hay algunas cuestiones más que no quiero abrumar, pero si me animaría a decir que la odisea recién comienza.

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