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Nunca más para todos

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@|Se cumplió el pasado 20 de Mayo, un nuevo aniversario del asesinato en Buenos Aires de dos legisladores, Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, víctimas del terrorismo de Estado (junto a otros dos uruguayos como Rosario Barredo y William Whitelock) y se realizó un homenaje en el Palacio Legislativo, ámbito en el que ambos representantes nacionales trabajaban.

Ambas personalidades, referentes de nuestra República, pertenecientes a partidos políticos distintos, se convirtieron en involuntarios mártires de la dictadura militar, que arrasó en 1973 con nuestras instituciones democráticas. Pero a la vez, su muerte marcó el comienzo del fin de ese oscuro período de once años de nuestra historia reciente.

Con la presencia de la Sra. Vicepresidente de la República y del Sr. Presidente de la Cámara de Representantes y legisladores de todos los partidos políticos, se renovó el compromiso por el “nunca más terrorismo de Estado” y por la búsqueda de verdad y justicia para aquellos “desaparecidos” cuyos cuerpos aún no han sido encontrados.

En cada aniversario, se realiza una “Marcha del Silencio” donde se muestran las fotos y se recuerda el nombre de esas víctimas, en la que participan miles de uruguayos.

En este año -de especial situación sanitaria por la pandemia- existieron “intervenciones urbanas” en más de un sitio de nuestra ciudad capital, para conmemorar esta nueva fecha.

Tremenda es la figura de un “desaparecido” cuyos restos no se hayan encontrado o individualizado, pues más allá de la impunidad en la que pueden guarecerse los autores materiales o intelectuales de tales crímenes, los estragos psicológicos causados a sus familiares por esos duelos no resueltos, son muy difíciles de medir y menos de poderse aquilatar.

Se reiteró en este homenaje, nuevamente, el compromiso democrático del Parlamento Nacional por esa consigna, que hace nada menos que a la pervivencia de la institucionalidad democrática y republicana.

Valores tan caros a los uruguayos como la Libertad, la Justicia y la Paz, deben defenderse y fortalecerse en forma permanente.

Desde el retorno a la Democracia, las instituciones republicanas se han visto fortalecidas y la rotación de los mayores partidos políticos en la conducción del Poder del Estado, ha sido una muy buena señal de esa fortaleza.

La grandeza de nuestro país está en su gente, en el fuerte entramado social que supo construirse otrora, desde una educación pública y laica de calidad, pero también, en la solidaridad y responsabilidad social, puesta a prueba una vez más, en esta emergencia sanitaria.

El tema de los desaparecidos, debiera ser parte de un relato histórico veraz que, basado en hechos comprobados, pueda restablecer equilibrios entre las dos mitades de nuestra sociedad, cuyos derechos humanos fueron afectados por igual. Tanto los que sufrieron las consecuencias de actos terroristas y de la “guerrilla urbana”, que desataron los “iluminados” que buscaron alcanzar el poder por la violencia, alzándose contra un gobierno democrático. Como los que sufrieron injustamente atropellos de todo tipo, por parte de quienes enfrentándolos, detentaron ilegítima e infamemente el poder de facto, que no puede justificarse de modo alguno. Ambos sectores igualmente afectados y dignos de consideración y respeto, memoria y justicia.

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