@|Transcurridos nueve meses del nuevo gobierno en funciones, en un entorno mundial complejo, con crisis sanitaria que ha repercutido en la vida económica del país, el 60% de los uruguayos manifiesta una opinión positiva sobre la gestión presidencial y sólo alrededor del 20% (gente seguramente muy fanática de izquierda) la desaprueba.

Por su parte, las encuestas de opinión siempre incluyen a los sindicatos entre las organizaciones de peor valoración dentro de la opinión de los ciudadanos del país.

Pero en estos nueve meses, estos señores sindicalistas a lo único que se han dedicado es a tratar de perjudicar, un día sí y otro también, a la conducción llevada a cabo por el Presidente Lacalle Pou.

Manifestaciones diarias frente a la Torre Ejecutiva; aglomeraciones por doquier con reclamos fuera de lugar y violando todos los protocolos sanitarios; cuestionamientos a la LUC procurando contar con el apoyo de su "brazo político" (el Frente Amplio). Frente a ello, la grandeza y la inteligencia del Dr. Luis Lacalle Pou. El último ejemplo: el trato brindado a la "horda" de funcionarios públicos, encabezada por "Joselo" López, que fue a generar agitación en la asunción de mando del Alcalde de San Carlos.
¡Totalmente fuera de lugar! El diálogo reproducido por los medios de prensa fue elogiable, en cuanto hizo a las palabras del Señor Presidente.

Por favor, ¿cómo podemos terminar con la injerencia de estos personajes que no son representativos de prácticamente nadie en la sociedad uruguaya y que pretenden atribuirse más derechos que todos los demás?