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La mujer y la política

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@| Estamos presenciando como un hecho histórico, el especial protagonismo que las mujeres uruguayas han tenido este año en materia política, en las elecciones internas y en las nacionales que ocurrirán en octubre.

Siempre ha sido de suma importancia para los partidos políticos, lograr el voto femenino, por ser muy numerosa la población de este género y más longeva con relación a la masculina, quedando demostrado que las personas mayores tienen en especial una gran conciencia cívica, remitiéndome a la prueba de que la asistencia a la votación de este segmento de la población, es de las más altas.

No obstante ello, han sido muy escasas las ciudadanas que han logrado cargos de alta jerarquía en el gobierno, aunque en todos los órdenes han demostrado igualdad de capacidad y talentos, como también de dedicación y vocación de servicio.

Estas elecciones -internas y próximamente las nacionales- han sido una excepción a la regla, por cuanto desde el inicio de la campaña, se habló de la conveniencia de que una mujer integrara la fórmula presidencial, hecho aplaudido por todos los sectores de la ciudadanía.

La comunicación de la designación de la Esc. Beatriz Argimón integrando la fórmula la misma noche de las elecciones internas, fue una decisión muy acertada por parte del Dr. Luis Lacalle Pou, pues trajo tranquilidad al Partido Nacional y a sus votantes, de que el tema ya había sido laudado y con mucho éxito por las condiciones y trayectoria de la candidata.

Por eso no se explica como el Ing. Daniel Martínez, siendo con mucha antelación el candidato favorito de su partido, pareció perderse en una búsqueda frenética de una candidata los días posteriores a la votación, con gran apuro por la inminencia del inicio de sus vacaciones nada menos que al país del norte que gran parte del Frente Amplio (que ahora lidera como candidato) considera la cuna del imperialismo y el capitalismo.

Tal premura parece haberle costado el mayor papelón en la historia del Frente Amplio, porque no sólo se manejaron nombres como cartas de póker, sino que además significó el mayor de los desprecios a quien era la merecedora a la candidatura a la vicepresidencia -Ing. Carolina Cosse- quien por sí y por los 65.000 compatriotas que la votaron, debió ser la elegida. Para no crear confusiones o equivocaciones de juicio a mis manifestaciones, dejo en claro que no pertenezco a su partido político ni voté su candidatura.

Es de sentido común, que la Jefatura del Estado debe estar en manos de quienes estén más capacitados por sus estudios, logros, formación y experiencia, a dirigir los destinos de la patria. No puede ser posible después de tantas experiencias frustrantes por parte de los gobiernos del Frente Amplio, que se sigan menospreciando los conocimientos, eligiendo a quienes no tienen las condiciones indispensables para cargos de responsabilidad y poder donde se juega el futuro de la nación.

La coalición que los Partidos Nacional y Colorado piensan formar en el caso de ser gobierno, eligiendo a los más competentes hombres y mujeres de ambos partidos para dirigir nuestro País, es sin duda la solución más inteligente y adecuada a la crisis y problemática que sufrimos los uruguayos, que está latente en todos los órdenes de la vida nacional.

Por último, tratándose de un tema referente a la mujer y por su importancia en la comunidad en que vivimos, esperemos que en este período de gobierno, se apruebe una legislación que proporcione seguridad social a tantas compatriotas que han dedicado su vida a las tareas del hogar y a sus hijos, siendo por tanto merecedoras de protección al llegar a la edad de retiro. No escapa al conocimiento público, que muchas ciudadanas que han optado o debieron elegir esta opción, muchas veces por cuestiones del destino han quedado desvalidas, sin que haya una protección legal que las ampare. Por eso merecen ese reconocimiento, por su invalorable labor cumplida.

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