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El momento es ahora

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@|Hemos asistido días atrás, a diferentes eventos que han ubicado a la vieja y querida Estación Central de Ferrocarriles en diferentes titulares periodísticos y, por ende, en boca de la opinión pública.

Desde la decisión de la Justicia que permitió que nuestro gobierno, a través del MTOP, se haga cargo de un parcial rescate y mantenimiento de su estructura, hasta la masiva concurrencia de público el día del patrimonio y más recientemente, a propósito de una muestra de cultura ferroviaria amenizada con el Coro de Niños del Sodre: ¡Bienvenido todo! ¿Y ahora qué?
Pues que no quede todo en esto. Estación de trenes sin trenes, no es estación. En todo el mundo se está replanteando y revitalizando el modo ferroviario. ¡No nos quedemos atrás! Aquí en Uruguay, todas las personas e instituciones vinculadas al tema bregan por su retorno. Hemos contactado con autoridades de la propia AFE, del Ministerio de Turismo, de la Comisión Nacional del Patrimonio de la Nación, con el arquitecto Mariano Arana (ex Intendente); escuchamos las expresiones del alcalde del correspondiente municipio, también sabemos de instituciones como AUAR (Asociación Uruguaya de Amigos del Riel), CEFU(Círculo de Estudios Ferroviarios del Uruguay), Museo de la Cultura Ferroviaria, Comisión de Patrimonio del barrio Peñarol, y una larga lista de adherentes a rescatar un patrimonio que es de todos los uruguayos.

Utópico sería pretender la vuelta de los cien trenes diarios de la década de los años sesenta. Sí, consideramos impostergable utilizar los andenes 3, 4, y 5 para trasladar los servicios que actualmente presta la Nueva Terminal, captando de esa manera a los miles de usuarios que hoy les resulta inconveniente desplazarse hasta ella. Todo el resto de la estación podrá ser utilizado para los fines que, comercial y culturalmente, resulten más apropiados.

Seguiremos trabajando para devolverle la vida a un emblemático edificio de nuestro país, colaborando con las autoridades en su esfuerzo por rescatar a la Estación Central de un estado de desidia y abandono al cual nunca debió haber llegado.

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