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Es momento de cambiar de monta

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@| El camino que eligió nuestro país, mejor dicho nuestros gobernantes, pone una nota de atención en el rumbo que va tomando, cada vez con más velocidad. 

Por un lado los temas recurrentes del día, el contexto de violencia y deterioro de la sociedad en todos sus niveles, sin solución. A pesar de una gran década de producción básica, gracias al agro; donde no se supo aprovechar para el crecimiento nacional con pautas rectoras favorables al desarrollo, sino dilapidando con otros fines.

Pero, más serio es el sendero que va tomando nuestro gobierno y su acercamiento a los totalitarismos que restan en nuestra América. Nadie puede ignorar los designios del Foro de Sao Paulo y su aplicación nacional. Pasos recorridos por otros países con los resultados a la vista.

La clase dirigente tiene mecanismos de influenciar sobre los medios. Sumando dos características, una, el silencio ante hechos evidentes, o la evasiva a lo que no les conviene. Ésta, apoyada en largos discursos tendientes a evitar responder hechos que la realidad y los principios nacionales apuntan en sentido contrario.

Tienen un fin, dar pié a que la claque participe y aplauda; colaborando el escrache, otro mecanismo del cual son especialistas, contando con el apoyo, no expresados de quienes mandan. Culminando con la falta de información, al considerarla “sensible” o…  "el acuerdo es confidencial” donde, ni el Parlamento se entera y hallarán la manera de no contestar.
No más referencias, necesitamos de otros jinetes para dirigir mejor la Nación, evitando dividir, que es lo que asoma. Teniendo claro que les rechina todo lo que viene del campo, pero, ¿de qué vivimos, si no es la actividad agropecuaria? ¿O son los empleados públicos y empresas estatales los que llevan adelante el país? Por lo tanto, lo del título.

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