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Las mitades

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@|Pasados 15 años de gobierno nacional y el doble en la Intendencia de Montevideo, se mantiene incólume, al son de las encuestas, la preferencia por el FA.

La actuación frenteamplista en el gobierno nacional, con su autoritarismo y mayorías parlamentarias, deterioró severamente la sociedad toda. ¿Por qué?

Intentaron introducir cambios, pero el resultado fue el descalabro. Así mismo, emprendimientos que aparentaban de cierto interés nacional implosionaron al no concretarse, quedando en hibernación y los que no, naufragaron, todos a un costo extraordinario y un sin número de costosos empleados. Ni que hablar de la situación de la enseñanza y un Vicepresidente que renunció, antes que lo echaran. Solo una breve reseña de pocos puntos.

Mientras, el panorama departamental montevideano, con las mismas líneas, mantiene sus malas gestiones, con enfrentamientos en su interna política.

La basura persiste, una contaminación endémica. Los asentamientos, la droga, la delincuencia sin freno. Y, ante la inminencia electoral, iniciaron obras a las apuradas generando un caos en la circulación departamental. Sin hablar de los llamados corredores de tránsito que, en un mar de plata, sólo consiguieron empeorar las cosas. Son flashes de una realidad mucho mayor.

Ante un panorama de este tipo: ¿no sería esperable que los habitantes capitalinos pensaran en que tendrían que mejorar su hábitat? ¿Un buen momento para un cambio y una nueva estrategia para que el dinero que sale de los bolsillos de los ciudadanos vea algo mejor?

Es evidente que hay dos universos; uno que trabaja y lo hace para mantener otro, que ha vivido y vive subvencionado o ha adquirido la etiqueta perpetua del cargo público, y es lo que se quiere cuidar.

¿Será que tienen miedo de perder beneficios si se les pide eficiencia y trabajar?; palabras malditas en nuestro país.

Hoy, agravados por la pandemia, los males citados van a colaborar con el virus y no con la población: la mugre, los hacinamientos en los cinturones de pobreza, deterioro social, carencias sanitarias, son un barril de pólvora, quienes ocultan la realidad.

A fin de revertir este estado de situación se necesita, primero que nada, trabajar y bajar los gastos a fin de dar más beneficios. A su vez, las actividades básicas comunales deben cumplirse con el correcto aseo de la ciudad y sin paros, que solo repercuten en los que allí viven.

Situaciones que no se repiten en el Interior de manera superlativa. ¿Por qué? Hay limpieza, orden, se trabaja, no hay paros. A pesar de que hay una diferencia en el nivel económico en general, comparado con el estado decadente de la capital.

Ante un panorama nada alentador y con tendencia a continuar, ¿no sería mejor pensar un poco e intentar que se hagan mejor las cosas, para no seguir en la misma huella?

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