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Mides, ¿con qué vara?

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@|¿Existe la casualidad?

Que dos contenedores repletos de insumos o aparatos médicos donados por la misma institución: el Rotary Club de Canadá, no hayan sido recibidos por parte del anterior gobierno, llama poderosamente la atención.

¿A quién le echamos la culpa? ¿A las autoridades salientes que rápidamente se pasan la pelota (Ministerio de Defensa, de Desarrollo Social, de Economía y Finanzas o de quien es señalado como principal responsable, el de Salud Pública)? ¿O fueron los burócratas que pertenecen a dichas carteras y que gracias a su probada ineficacia no procedieron a su destrucción como aparentemente había sido resuelto?

Los caminos del Señor son inescrutables… como afirman los religiosos. Y muy probablemente luego de sesudas investigaciones, no haya un culpable, sino la comprobación de la falta de operatividad burocrática.

Es lamentable que un gobierno supuestamente progresista haya impedido que quienes eran los beneficiarios finales de estas donaciones no hayan podido disfrutar de las mismas.

Pudimos apreciar con qué celeridad las ex-titulares del Mides se quitaron el lazo de encima. No con la misma con que trataron esta donación de hace dos años y medio y que por lo menos le generaba costos al Estado por derecho de piso en el puerto montevideano.

No hubieron demasiados comentarios sobre esta circunstancia en las “redes sociales”, por lo menos con la misma intemperancia con que surgieron cuando las actuales autoridades del Mides alquilaron un hotel para alojar indigentes, por la quinta parte del precio que se pagaban por otros centros de acogida por parte de la anterior administración. Allí la sospecha era que dicho hotel era propiedad de familiares de una dirigente nacionalista...

Ahora, en estos casos, ¿no habría sospecha de algo turbio que impidiera el ingreso de sillas de ruedas, camas ortopédicas, bastones canadienses, etc.?
El aislacionismo impuesto por el Covid-19 debe haber afectado el raciocinio de un ex-ministro cuando criticó la donación para el fondo Coronavirus de alrededor de cien millones de dólares por parte de entidades gremiales agropecuarias. Este ex-jerarca pretendió minimizar esta donación argumentando que unos ochenta millones en realidad los pone el Estado porque se trata de fondos adeudados a estas entidades agropecuarias. La pandemia le hizo olvidar que esos aportes fueron créditos que por ley el gobierno del Frente Amplio no aportó a INAC y a INIA, para no agravar el tremendo déficit fiscal existente. O sea que si este señor y sus camaradas del Ministerio de Economía no hubieran intentado disimular la real situación económico-financiera que enfrentaba el gobierno del FA tratando de obtener un cuarto mandato en las pasadas elecciones, este aporte no hubiera existido. Ochenta millones de dólares no son más que el 1,5 por mil del PIB, pero serían el 20% del Fondo Coronavirus estimado.

Cabría preguntarle cuántos otros incumplimientos de ese tipo le dejó de herencia al gobierno actual.

Tratándose de un Contador Público de dilatada carrera, no debería ignorar que la cesión de un derecho por dinero a recibir del Estado es tan valioso como dinero en efectivo. O quizás haya resurgido el letrista de carnaval, luego de quince años de no poder criticar a sus camaradas, como se estilaba en el pasado a los gobiernos tradicionales.

Otro si, ¿no sería más constructivo para la sociedad que en vez de criticar los aportes de terceros, hiciera uno que por más pequeño, sea proactivo y no contaminado de bilis izquierdista sin fundamento?

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