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Medio ambiente

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@|Todos estamos y debemos estar preocupados por el medio ambiente y el cambio global.

Frente a la mega inversión de UPM 2 bueno sería saber dos cosas:

Primero: Botnia cuánto ha modificado para bien o para mal los índices de contaminación del Río Uruguay. Tuvimos y tenemos un duro enfrentamiento con parte de los argentinos y un reclamo permanente por los ambientalistas compatriotas. Sin embargo, nunca hemos recibido información de los resultados del monitoreo, la cual se debería informar con frecuencia a toda la población y no mantener todo en la confidencialidad que tanto usa el gobierno no sabemos bien con que intenciones. Cuál es la razón o razones para mantenernos en la ignorancia y tener que soportar tantas opiniones que no se sabe en qué se sustentan.

Segundo: Ahora frente a la inversión de UPM2 sobre la cual técnicos calificados y de los otros, ambientalistas, ecologistas y payadores opinan. Bueno sería conocer los datos resultantes del monitoreo sobre la contaminación, que seguramente se ha hecho y se está haciendo del Río Negro en la zona de Paso de los Toros. Estos datos serán la base sobre la cual sabremos si la papelera contamina por encima de lo acordado y o de los parámetros internacionales o por el contrario mejora la calidad del río.

Y si los datos resultan negativos, ¿qué es lo acordado en el contrato y sus anexos? ¿Qué es lo negociado para un caso de extrema sequía que se pueda producir como consecuencia del cambio climático? ¿Dejará de producir o dejaremos de tener energía hidroeléctrica? ¿Cuál es el programa de UPM2 con respecto al cuidado y mejora de la actual contaminación?

La población tiene derecho a esta información y mucha más.

Se debería dar a conocer cómo viene de contaminada el agua del río que viene desde Brasil y así determinar si esa contaminación, que tan sueltos de cuerpo le asignan y culpan a la agropecuaria, es uruguaya o la recibimos de nuestros vecinos.

Lo mismo deberían hacer en otros ríos muy importantes que conforman nuestra excepcional red hidrográfica, envidiada por muchos países del mundo.

Debemos incluir la vergüenza que nos produce ver los arroyos que cruzan nuestra capital, arroyos que nos cuentan nuestros mayores que en ellos había peces, patos y cisnes. Hoy son una inmundicia, pero no se les mueve un pelo para limpiarlos mejorarle la situación a los barrios carenciados desarrollados en sus márgenes.

Tanto el gobierno como la oposición deberían de informarnos y quizás así terminar con una discusión que es técnica y no política electoral.

Nuestro país no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos.

Debemos de cuidarlo.

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