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El mamarracho marihuanero

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Según estudios...

@|El 7 de octubre pasado, se desarrolló en Francia un seminario organizado por dos prestigiosos organismos, el INHESJ (Instituto de Altos Estudios de Seguridad y Justicia) y el OFDT (Observatorio Francés de Drogas y Toxicomanía).

En ese evento se presentó un estudio denominado: “Cannalex.-Un análisis comparado de las experiencias de la regulación del cannabis en el Estado de Washington y en el de Colorado de los Estados Unidos de América y en el Uruguay”. El informe final, de 76 páginas, aporta una serie de elementos de juicio de interés para nuestro país pero, en lo sustancial, debe destacarse la afirmación que realiza en cuanto a que, en el Uruguay, la legalización del cannabis no ha impedido que aumente el consumo entre los adolescentes y, en particular, entre los consumidores de más de 25 años.

El informe agrega, además, que el mercado de este alucinógeno continúa siendo dominado por el narcotráfico.

Este estudio, por estar referido exclusivamente a la marihuana, no hace referencia al hecho de que, en nuestro país, el tabaco y los cigarrillos están duramente gravados por diversos impuestos que, en sus envases, se utilizan gráficos que destacan crudamente el daño que el tabaquismo puede causar, habiéndose efectuado un inteligente esfuerzo para concientizar a la población del daño que genera el fumar, que se establecieron drásticas medidas de prohibición de hacerlo en lugares públicos, que el Uruguay obtuvo un fallo favorable ante la demanda de una de las empresa multinacionales más poderosas del mundo como, sin duda lo es, Philip Morris por haber adoptado esas medidas que han incidido en una importante reducción del consumo y en una mejora significativa de la salud de la población.

Mientras que así se ha procedido con el tabaco, todo lo relativo a la legalización del cannabis ha sido fruto de la improvisación, la imprevisión y el voluntarismo. A casi 4 años de la ley que aprobó la regulación de la producción y venta del cannabis, los resultados están a la vista. Este estupefaciente se expende, libre de tributos y en envoltorios de tipo medicinal, no se tomó en cuenta el aislamiento bancario que opera contra los que lo comercializan, no se han llevado a cabo adecuadas campañas de concientización sobre el daño que el consumo puede producir y, lo peor de todo, es que los errores cometidos han generado, en muchos, la idea de que el cannabis recreativo no es perjudicial.

Lo hecho en el Uruguay, contra el tabaquismo, en la primera presidencia del Dr. Vázquez, es un paradigma que la comunidad internacional observa con particular interés. Ahora, en el ejercicio de su segundo mandato, tiene que tragarse este sapo y hacerse responsable por el mamarracho de la legalización de este psicotrópico llevada a cabo contra la opinión de médicos, juristas, especialistas en toxicomanía y, sobre todo, repudiada por la opinión mayoritaria de los uruguayos.

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