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Llamado de atención

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@|Se han levantado voces discordes a decisiones adoptadas, desde el inicio de la pandemia, por parte de algunos dirigentes en círculos médicos.

Hechos que pesan de manera sustancial ante la exigencia de tomar decisiones por parte de la población, en cuanto a qué hacer y qué no hacer ante un escenario saturado de interrogantes y propuestas. Entrando allí en un atolladero ante disímiles grupos, extremadamente heterogéneos, que opinan de contenido claramente partidista, lo cual mucho mal le hace al país. Donde no es claro que sean opiniones mayoritarias.

No es ahora que se ha ido estableciendo esa disposición divergente sobre las acciones adoptadas, hecho ya vislumbrado en etapa preelectoral y antes, acrecentada a posteriori por personas que se arrogan de ser los mandantes sobre la grey médica, asemejándose cada vez más a un club político.

Apreciando que un principio a respetar es que, estando en una guerra desigual, frente a un agente desconocido, necesariamente exige aproximación a las medidas adoptadas, acompañando los principios científicos recomendados, en lugar de hostilidad hacia ellos.

No comparto para nada, desde hace muchos años, esa actitud reñida con la función que deberían cumplir las agrupaciones de la medicina. Exhibida y exaltada muchas veces en décadas pasadas. Ya que, en lugar de comportarse como un foro de debate para la mejor medicina, de cómo mejorar la formación médica y demás participantes, cada vez más se transforma en una congregación política. Hechos concordantes con el estado actual de la medicina nacional y las frecuentes necesidades de partir raudos a otros países a fin de obtener ayuda capacitada, por parte de quienes pueden hacerlo, de lo cual nada se habla.

Todo esto lleva a plantear que la mejor función sería dedicarse a mejorar la formación y atención debida de la población. Rol no asumido, revelado por hallazgo de islas de conocimiento, con calidad de atención, que, a veces llaman la atención pública por su idoneidad, pero, no son el común necesario.

Así como no dedicarse al ataque, directo o con chicanas, trepando la fila de los que continuamente, sin el menor atisbo de contemplar las situaciones y resultados sobre las decisiones que se toman, muestran su faceta partidaria salteando el rol que les compete.

Esta vieja conjunción de política partidaria y medicina, nunca ha tenido efectos positivos para la ciudadanía. Bien sabemos que mucho se gasta, poco se cumple y menos se progresa. Cambiemos para mejor.

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