@|Agradezco la publicación de la presente, que quiere contestar bajo protesta una carta que el distinguido Doctor González Lapeyre envió al amigo Cazalá, según artículo que se publicó en Marítimas, la última semana.

La bandera roja de protesta naval es por cambiar de plataforma de discusión sin previo aviso, pues hasta este jueves mantuvimos en Búsqueda una muy civilizada controversia sobre si la Hidrovía del Uruguay que impulsa este nuevo gobierno es digna de estudiarse.

En batallas navales, solamente los ingleses cambian tanto de escenario como de bandera para sorprender, como con el Graf Spee.

Los corsarios de Artigas detenían de frente con la bandera tricolor las naves portuguesas y españolas, y sin más violencia que mostrar los cañones, las llevaban hasta los puertos de presa en Venezuela y las Antillas, aunque protestaran airadamente Lisboa, Madrid, y hasta Buenos Aires. El Señor General José Gervasio Artigas tenía clara la cortesía naval.

Sin hacer referencias a lo que está entre líneas, porque la gente de mar recuerda las opiniones favorables de LA CAF en 2016 y del libro del mismo Dr. González Lapeyre en 1986, opinando sobre ésta y sobre otras hidrovías que quedaron huérfanas.

Como última respuesta que tendré para su diario sobre este tema, me quiero referir solamente a un Comentario de ese Maestro que tenemos la alegría que nos siga enseñando, el señor periodista Emilio Cazalá, sobre este tema que le parece paradójico, aludiendo él a la Unión Europea y sus fundadores.

Solamente quiero sumarle un recuerdo especial para el Siervo de Dios Robert Schuman, político francés de origen germano-luxemburgués. Junto con Adenauer y con Jean Monnet fueron los ingenieros que pusieron con la Comunidad del Carbón y del Acero, la piedra de cimiento de la Unión Europea. Hacía cinco años enemigos, estos cristianos se tomaron del brazo para pelearla juntos.

Claro que cuando los doce países fundadores necesitaron una bandera, le dieron la derecha a Schuman para elegirla. Y la sugerencia les encantó a todos, doce estrellas de oro en el cielo azul de Europa. Esa bandera es y será Europa.

¡Qué coincidencia, justo igual que la coronilla de la Virgen, una mujer vestida de sol con doce estrellas en el cielo azul sobre su cabeza!
Cada vez que izan la bandera, recuerdan las palabras de Schuman hace 70 años: "Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho”.

Ya perdimos tiempo con la ALALC, la ALADI, la UNASUR, el MERCOSUR. Empecemos con las hidrovías.
Gracias a Dios, es el tiempo de los ingenieros.