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Kafka fue un optimista

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@|Este año fue temporada récord en Punta del Este, la ciudad está preciosa, la oferta de restaurantes es increíble, los comercios estallan de mercaderías, el tiempo acompañó a los veraneantes que seguramente disfrutaron de las playas ajenos a los problemas de los productores del campo o a la modalidad de asalto a los cajeros de los bancos.
Pero no quiero alargar la introducción y quejarme de lo que está mal en Punta del Este, como que la policía prácticamente es imposible de ubicar; como cuando un conductor sin patente maneja a toda velocidad por la rambla con riesgo de vida para automovilistas y transeúntes; o cuando la venta de alcohol a menores en la Barra sigue tan vigente como siempre y todos sabemos dónde y cuándo sucede; o cuando uno sale a caminar o a andar en bicicleta por la rambla de la Brava y llega al Club la Terraza y uno se ve obligado a circular por la ruta pues pareciera que al prestigioso y tradicional club se le ha olvidado que el bien común debe “privilegiar” sobre los intereses de los particulares, pero en fin, hasta que no suceda una desgracia pretender modificar un ápice de lo que es incorrecto sería como luchar contra monstruos mitológicos. Eso sí, hacer un reclamo en la Intendencia de Maldonado es una experiencia kafkiana
A uno lo atienden muy bien, pero a no sorprenderse si todo queda en un expediente.

Mi caso puede ser una minucia, pero considero que si el Estado no hace nada, puede sentar el precedente de que todo el mundo puede hacer lo que quiera, sí señores, tierra de nadie.

Hace más de un año que un señor decidió venir con su colectivo rodante y ubicarlo en el terreno de su amigo vecino al mío, de más está decir que está violando más de tres artículos del Digesto Departamental y otras leyes. Hecho el reclamo, fui notificada de que la Dirección de Tránsito iba a notificarle a esta persona de la irregularidad de su situación, a lo cual volví a preguntar si lo habían notificado y me contestaron que el reclamo de mi reclamo se agregaría a mi expediente.

Definitivamente, Kafka era un optimista.

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