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La justicia en tiempos de pandemia

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@|En la vida hay situaciones que premian con justicia acciones merecedoras de tales reconocimientos.

Asimismo, hay acciones que mereciendo ser reconocidas y premiadas, por error u omisión, no reciben su merecida justicia.

Y finalmente, hay acciones o situaciones que han sido premiadas por simpatías, amiguismo o ideología, sin verdadera justificación, o sea injustamente.

Seguramente, en todas las sociedades humanas estos hechos sucedan, pero hoy me interesa analizarlos en nuestro país, donde en estos momentos de dificultades, sitiados por la pandemia, el tiempo de claustro nos permite ahondar en nuestras cavilaciones.

En los pocos meses de este año 2020, se han dado todas estas variables que involucran el concepto de justicia y que será necesario que el gobierno, evaluando objetivamente las situaciones, decida de una vez, aplicando de verdad lo políticamente correcto, recusar la falsedad de decisiones tomadas con una venda en los ojos y la espada, olvidando la imprescindible balanza … y se haga justicia.

Ejemplarizando la 1ª. Opción: es necesario el agradecimiento al Grupo Asesor Científico que designado por el gobierno, se integra por 3 distinguidos expertos, los cuales a su vez se apoyan en el saber de más de 50 profesionales, en todas las ramas del conocimiento. Es justicia premiar a estos notables, por su desinteresado aporte, al ser absolutamente honorarios…

El reconocimiento por su impagable labor lo reciben todos los días, de todos los ciudadanos de nuestro país.

En la 2ª. Opción: involucro a todo el personal de la Salud en el Uruguay; quienes en su tarea encomiable, arriesgan salud y vida sin recibir la remuneración que su inestimable trabajo merecería, lo cual seguramente, pasado este difícil momento, paulatinamente se irá reconociendo y premiando con sueldos acorde a la labor que realizan… y así se habrá hecho justicia.

Y finalmente, engañando a la ciudadanía con un relato falso, elaborado concienzudamente durante años, en condescendiente y triste decisión de Tabaré Vázquez, en el año 2006, se sanciona la ley que injustamente premia a cientos de personas que creyéndose iluminados, en su momento actuaron fuera de las leyes como terroristas de pensamiento y acción, otorgándoles una pensión vitalicia y hereditaria a cualquiera de sus causahabientes por haber sido Tupamaros; y hasta en algunos casos, a muchos que aprovechándose del Estado, habiendo decidido estar fuera del país por cualquier motivo, se declarasen exiliados políticos.

Y todo esto, sin tener en cuenta la balanza de la justicia; no recibiendo ni reconocimiento ni compensación por ejemplo, los caídos por la insania terrorista, por nombrar uno: Pascasio Báez.

Ambos hechos, aunque radicalmente opuestos, han sido tratados por el Estado con absoluta injusticia.

Si sabemos que la imagen de la “justicia” se representa con los ojos vendados para asegurar que no mira a los hombres, sino a los hechos, quizás sería oportuno que por una vez se quitase la venda para ver los hechos y los hombres; y usando la balanza pusiese en ambos lados las dos situaciones, lo cual seguramente al caer por el peso de la verdad, hiciera justicia y se viese obligada a usar la espada para cortar la injusticia.

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