@|En la vida hay ocasiones y momentos de oportunidad para la realización de acciones con determinado fin. Lo mismo en política. Como contrapartida, en oposición a este concepto, el día martes 6 del corriente el Frente Amplio protagonizó un ejemplo palpable de “inoportunidad” al citar a comparecencia ante la Cámara de Senadores, en interpelación, a los ministros de Salud y Economía.

Lo que podría haber tenido un sentido el 7 de junio cuando se solicita su presencia, un día en que se contaban 2.269 casos de Covid, con una positividad del 14%, con 52 fallecimientos y 501 personas en CTI, se vio revertido en forma exponencial al día concertado, registrándose 753 casos, con una positividad del 6.7%, con 25 fallecimientos y 184 personas en CTI. Por tanto, lo que podría haber tenido un triste rédito político en la lastimosa campaña de una izquierda terca, desmembrada, desorientada y sin rumbo, pobremente encabezada por los referentes radicales del FA y la cúpula del Pit-Cnt, se troca en un impensado “tiro por la culata”, ante la irrefutable realidad del éxito del gobierno en su lucha incansable, estratégicamente planificada contra el rebelde flagelo.

Reafirma una caprichosa política de oposición, sin mostrar algo de empatía ciudadana, negando, reclamando, desoyendo, mintiendo consuetudinariamente en su obcecado afán de imponer sus ideologizados caprichos políticos, llegando al colmo de acusar al Presidente de “genocida”, sin tomar conciencia de ya no ser gobierno y la “inoportunidad” de su insistente y malentendida prédica.

La pretendida interpelación se transformó, como las circunstancias lógicamente preveían, luego de una innecesaria maratónica sesión de 18 horas, en un acto de reconocimiento a la gestión del gobierno y si el miembro interpelante hubiese tenido un dejo de “dignidad”, podría haber salido indemne de su previsiblemente fallida requisitoria, pidiendo a la digna asamblea “un voto de aplauso” a los ministros citados.