@|En la calle 20 de Enero, los vecinos convivimos con una empresa (administración y ventas) que comienza su labor a las 6:00 o 6:30 hs, a lo sumo, mientras que en la web figura el comienzo a la 8:00 hs. Por algo será, ¿no?
Es intolerable e insoportable el ruido estruendoso que tenemos que sufrir a esa hora, de los camiones con zorra, semirremolques, inclusive internacionales.
Al ser una calle de barrio (y de trabajadores) y no un polo industrial, no está preparada para estos pesados vehículos. Pues ya han derribado dos columnas del alumbrado público; y no sólo no colaboraron en absoluto para su reposición, sino que trataron de disimularlo. Algo imposible pues los vecinos vieron y oyeron el estrépito al caer dichas columnas.
Además, han destrozado veredas y a mi, en particular, me derribaron el muro del frente ingresando el camión zorra al jardín que, afortunadamente, fue detenido por los restos del propio muro demolido; de lo contrario hubiera impactado contra nuestra vivienda generando mayores daños a los ya ocasionados.
Los vidrios de la casa vibran con una magnitud que a veces parece que van a estallar, según qué vehículo sea. Y como corolario de ruidos, los montacargas colaboran con su “alerta sonora” que se vuelve inaguantable.
Hemos hecho lo imposible para encontrar una solución hablando con la encargada varias veces y con la gerente en Colonia, en infinitas oportunidades, encontrando siempre el mismo argumento o pretexto. Y si lo rebatíamos, pedía disculpas diciendo que se iba a solucionar.
Pasó el tiempo, meses y meses, y la situación sigue incambiada. Entonces se le dijo que íbamos a hacer la denuncia, a lo que respondió que la hiciéramos. Ésta se hizo, pero hasta la fecha no se ha logrado nada a pesar de que las autoridades han intervenido; pero hacen caso omiso a las advertencias.
Por eso lo del acápite, pido, suplico a la IMM que tiene toda la autoridad para hacerlo, intervenga y ponga coto a las irregularidades de esta empresa.
Desde ya nuestro más abismal agradecimiento de vecinos que tenemos el derecho al descanso y a no ser invadidos por una catarata de ruidos que comienza antes del amanecer, siendo esto una tortura que continúa durante casi toda la jornada.