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Un despropósito

@|La jubilación es un derecho fundamental de todo uruguayo que ha trabajado y cumplido con los requisitos de años de trabajo y edad estipulados por ley. Se trata de que este tramo de la existencia sea honorable y con la mejor calidad de vida posible.

Aunque el individuo esté en condiciones físicas y psicológicas para seguir siendo activo, tiene un derecho adquirido al retiro y descanso que merece, si ha cumplido con las condiciones que la ley establece para llegar a esa prestación.

Pero todos sin distinción, ven menguados sus ingresos, su poder adquisitivo y de no contar con otra entrada, de seguro se verán enfrentados a una manutención difícil, sobre todo porque la situación de vulnerabilidad va en aumento a medida que los años pasan y los gastos médicos se incrementan.

La justicia social activo-pasivo está edificada sobre una base moralmente solidaria, recibiendo al final de esa etapa de trabajo el retorno por los aportes efectuados durante todo ese período. Es un acuerdo tácito legalmente establecido y éticamente aceptado por la ciudadanía.

Pero este acuerdo es incumplido, pues a los pasivos se les obliga a pagar un impuesto a la seguridad social, que es una continuación contributiva de todo lo que ya pagaron durante toda su historia laboral. No corresponde que sigan abonando aportes cuando no formaba parte de los requisitos que el Estado le condicionó al individuo en el inicio. La obligatoriedad de pago de este impuesto, después de haber aportado toda una vida, es un despropósito, un cambio de condiciones moralmente inaceptable aunque se le busque una vuelta jurídica. Además, es un incumplimiento unilateral del acuerdo, que el pasivo no podría efectuar si fuera a la inversa.

Me pregunto dónde está la justicia social enarbolada por el partido gobernante, cuando a adultos mayores, ya afectados en sus ingresos al acceder a la pasividad, no se les respeta el acuerdo que gobierno e individuo prometieron cumplir, afectando tanto a jubilados como a pensionistas que contaban con el monto total del beneficio.

Es por eso que vemos jubilados que siguen trabajando para cubrir sus necesidades básicas, lo cual es humanamente entendible pero no debería ocurrir, ni por ellos ni por los jóvenes que están buscando oportunidades de trabajo y están compitiendo con una fuerza laboral que no genera aportes de ningún tipo.

Ojalá los responsables de este despropósito reflexionen de que también van a llegar a viejos, que el mundo es redondo, que lo que va vuelve y que llega el momento en que a todos tarde o temprano sabiamente nos llega lo que merecemos.

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