@| Esta carta va dirigida claramente para alertar sobre la situación del transporte en general, y su problemática.

En primer lugar se habla del subsidio dejando entender que el transporte es deficitario, pero se desconoce o se omite que el subsidio cubre los beneficios sociales tan necesarios y vitales como es la gratuidad de los escolares o la rebaja a los jubilados y estudiantes, logros que no es deseable tocar para nada. Pero se utiliza políticamente el subsidio para mentir.

Segundo la caída del transporte y su disminución ya esta afectando a los trabajadores que quieren cumplir con sus trabajos, y están perdiendo dinero por no cobrar el presentismo por llegar tarde a sus tareas laborales. Afecta también al comercio de la zona céntrica de Montevideo porque claramente los consumidores que compran en esa zona de la ciudad se desplazan mayoritariamente en ómnibus, esto provoca a su vez desocupación en el rubro comercial.

El transporte es vital para la generación de empleo en el mercado interno, “es un factor esencial”, que muchos economistas desdeñan y desprecian, porque muchas veces carecen de sentido común para analizar las interdependencias existentes entre los distintos factores de la vida urbana.

Esto si nos centramos claramente en la actividad dura en la vida diaria, si analizáramos temas como el derecho a la recreación de las personas, y el pleno gozo de las áreas urbanas, la situación es todavía mas alarmante. Ya que las familias que desean trasladarse los fines de semana con motivos de recreación se ven envueltas en desesperadas esperas, y desisten finalmente de volver a hacerlo, esto también afecta al mercado interno de “empleos vinculados a actividades recreativas”.

Estos factores también favorecen el aislamiento de las zonas periféricas de la ciudad, teniendo consecuencias sociales de alto impacto.
Existe un grave error y es creer que un problema grande de política pública se puede abordar con medidas pragmáticas y sencillas que en el papel podrían generar mejores números en un balance.

No conozco ningún comercio que venda más reduciendo los productos que ofrece. Es decir a menor frecuencia de ómnibus se venderán menos boletos, los consumidores o el pasaje como les gusta a los transportistas denominarnos, tenemos derechos y también exigencias legitimas. Sería además deseable que las empresas del transporte tengan en cuenta su “futura” viabilidad. Los políticos pasan, los gobiernos también pero lo que se destruye difícilmente se revierte.

P.D. un pasajero que no desea comprarse una moto.