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La historia se repite

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En 1972, un 19 de enero, los tupamaros, en plena democracia, acribillan al cadete Heber Castiglioni, de 19 años.

Y pensar que hoy hablan de los “ajustes de cuenta” y dicen que fueron impuestos por los narcos, ahora.

En la mañana veraniega del 19 de enero de 1972, un Jeep tripulado por un agente de policía y el caballero cadete Heber Washington Castiglioni Castro, es alertado de que en las cercanías de donde estaba su móvil patrullando había una furgoneta Volskwagen modelo Kombi de color roja que estaba requerida por robo.Daban las 08:55 de la mañana cuando Castiglioni informa que localizan a la Kombi robada circulando por la tranquila calle de Jaime Zudañez, en pleno barrio de Pocitos.

Confiados se disponen a cumplir su deber, conjuntando la experiencia y la juventud con la preparación recibida en las aulas de la ENP. Interceptar con el Jeep a la furgoneta y detenerla fue solo un instante, Jaime Zudañez al 2537 fue donde quedaron varados los dos vehículos y luego en el ambiente solo se percibía la suave brisa de la mañana y el ronronear de los motores. Fiel a su deber el joven cadete se dispuso a descender del Jeep para registrar la Kombi, fue en ese momento que el apacible silencio de la mañana de verano se vio interrumpido por el estruendo de las municiones de armas ligeras que se dispararon desde el interior de la furgoneta.
Su destino estaba marcado, Castiglioni había recibido una ráfaga de metralla en su cuerpo y quedo herido de muerte en el interior del Jeep, pues antes de que pudiese poner sus pies en la tierra ya había recibido el cobarde ataque.

Dicen que 20 años no es nada, esa es la edad que el cadete de tercer año de la ENP Heber Washington Castiglioni Castro tenía cuando fue asesinado a sangría fría en aquel verano de 1972 por un comando Tupamaro. El cadete Heber Castiglioni quien era oriundo de Trinidad, capital del departamento de Flores, se ofreció de voluntario para realizar la comisión de patrulla en la víspera de su muerte. Los homicidas fueron los terroristas Tupamaros Juan González Ayala y Antonio Gómez de Freitas, quienes posteriormente fueran apresados en el penal de Punta Carretas. Cabe destacar que su asesinato fue anterior al golpe de estado, lo que demuestra que la sedición y la violencia en nuestro país ya estaban presentes en plena democracia.

¡¡Pensalo!!

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