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Una golondrina quiere ser verano

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@|En el mundo del revés, es posible tomarla en cuenta. En la realidad, no.

La población uruguaya vive una situación inédita, un desconocido que ataca y no se sabe cómo frenarlo. Se toman medidas básicas y se está a la espera de que las vacunas brinden un resguardo, disminuyendo así el riesgo de afección grave o mortal. Las valoraciones epidemiológicas son quienes marcan el camino; afianzadas en experiencias obtenidas, confirmando las propuestas ofrecidas, a fin de frenar el proceso. Las cifras obtenidas, sobre poblaciones medidas ya en millones, atestiguan las pautas a seguir. Sí es claro que aparecen casos, por suerte esporádicos y no representativos de la población que no evolucionan favorablemente. Unos referidos a personas no vacunadas u otras ya vacunadas. Es el tema a intentar entender.

Dichas situaciones, donde no se habla de las posibles comorbilidades que pueden padecer, se transforman en motivo de difusión a la población, dándole un dramatismo que hace pensar a qué viene tanta emotividad. Sí es una catástrofe para la persona, su familia, no hay duda, y es de lamentar por el caso particular.

Pero vemos cómo se teatraliza el problema, que, mirado con conciencia, es una manera de alarmar a la sociedad, en lugar de tomarlo como realmente es: una desgracia ocurrida en una pandemia que se está tratando de ganar con una vacuna; porque no hay tratamiento específico, ante un germen que es muy agresivo. Esto hace que sea esperable que haya casos como los que se difunden y lamentar víctimas.

Lo que sí hay que aceptar es que sea un llamado de atención para quienes no acompañan las medidas tomadas, ni la inmunización ofrecida. No hay que considerar lo ya expuesto como una insensibilidad, ni insensatez, sino es poner las cosas en su lugar. Siendo ejemplo de lo que sí hacer.

Atendiendo a aquellos que pregonan que -es necesario hacer más- y se culpa a las autoridades, lleva a preguntarse: ¿qué más hacer? Sino cumplir, similar al resto del mundo, que ha ido saliendo del problema. Porque el origen está en que no se cumple lo establecido y es fácil culpar a otros. Los ejemplos confirman que el camino tomado es correcto. Atendiendo que los resultados de la vacunación no son infalibles, lo que ya ha sido expresado de diversas maneras; para que se entienda con claridad, si es que se quiere que sea así.

Por lo tanto, lo que sí hay que hacer es cumplir las medidas sugeridas, puesto que de allí vendrán los buenos resultados, acompañando a todos aquellos que, con su esfuerzo, son ejemplos para el país por su entrega y devoción a la tarea impuesta, en tan diversas áreas.

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