@|Tengo la desgracia de vivir con un contenedor de basura frente a mi casa.
Por razones de salud y edad soy observador casi permanente de lo que sucede en ese contenedor.
Ver a diario madres revolviendo la basura y dándole a sus pequeños hijos de comer restos de la misma es casi común.
Esto no es reciclar, es dantesco.
He oído a la autoridad suprema decir que en el 2002 los niños comían pasto; me suena ridículo frente al dantesco escenario actual.
¡Basta de falsas estadísticas y observemos la realidad que supera y desmiente a éstas!
Con mis largos años de vida y más de vivencias, esto realmente me avergüenza.
¡Qué pobres que somos por no aceptar y dar un paso al costado!