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Festejo, preocupación y ocupación

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@|Hemos votado a la coalición al igual que quienes decidieron el balotaje a favor del Dr. Luis Lacalle, y tenemos –supongo- la misma íntima satisfacción por el resultado comicial que los ciudadanos y los dirigentes que exteriorizaron el sentimiento de victoria en forma tan espectacular como insistente.

Nosotros no hemos festejado públicamente la emoción gratificante que experimentamos en nuestro fuero interno porque, al mismo tiempo, nos invadió una sensación ominosa mucho más importante que la alegría por el mero score de un match eleccionario: la preocupación.

Dejamos a un lado el clásico deportivismo que conllevan circunstancias como las actuales, preocupándonos por la montaña que hay que mover en tan solo cinco años. Es muy poco tiempo. Quedó demostrado en Argentina con el gobierno de Macri. La democracia posibilitó que quienes infringieron las leyes, soslayaron la moral y desconocieron el derecho natural, volvieran a ser elegidos para un nuevo período de gobierno.

Entonces, si la democracia permitió tal despropósito en la República Argentina: ¿qué podemos esperar para Uruguay en las próximas elecciones? No debemos olvidar que la diferencia de votos en el balotaje fue inexplicablemente exigua, y nos están respirando en la nuca. Ergo, el próximo gobierno debería ocuparse en hacer algo muy grande que empequeñezca sin desconocer la relevancia de la seguridad, la salud, la enseñanza, el déficit fiscal, el endeudamiento externo, etc.

Por supuesto, el propio volumen de una o más políticas muy grandes implica la mejora automática indirecta de dichos rubros, primero en lo económico y luego en lo conceptual. De lo contrario tendremos a los comunistas nuevamente encaramados en nuestras espaldas y con mayor dolor, luego de 2024.

Humildemente, creemos que la “Panacea Universal” es la inversión en obra pública. Que se achiquen los gastos, pero que se aumenten las inversiones a través del crédito y las concesiones internacionales. No más créditos para enjugar gastos, déficit, y tasas de cambio e inflacionarias, pero sí para Inversiones. Sin dudas, por razones económico-financieras hay que complementar con concesiones dadas a capitales del exterior. Hay que desnacionalizar el país –sin regalarlo- como a principios del Siglo XX. El impulso del Estado a todas las infraestructuras habidas y por haber en el Uruguay, eliminaría la desocupación y empujaría adelante la economía mejorando además la logística y la rentabilidad de todos los sectores aumentando la recaudación fiscal sin crear nuevos impuestos. Lo hizo Franklin D. Roosevelt en el pasado y pudo solucionar la Gran Depresión que, fue mucho peor que lo nuestro. (II) Un ítem tan o más importante que el de la inversión en obras públicas, es el de la explotación de los yacimientos de hierro, que los hay muy grandes no sólo en Valentines, al cual este gobierno iba a regalar mediante el cobro de un mísero canon (¡!) cuando debió haber exigido como condición sine qua non simultánea a la explotación la instalación de una gran industria siderúrgica y diversas industrias pesadas, como fabricación de maquinarias, vehículos, armas, herramientas, tractores, grúas, astilleros, etc. Es increíble que, en el momento de casi haberse concretado el despojo al país de la riqueza de su subsuelo nadie haya dicho nada sobre la oportunidad que se presentaba de industrializar al Uruguay con proyección hacia los mercados internacionales. Sin embargo el Frente Amplio estuvo a punto de vender el país a la manera de Judas : traicionando a los uruguayos por un ridículo canon.

Pero para hacer grandes cosas que erradiquen para siempre al comunismo, el futuro gobierno debe tener a disposición una Ley que le otorgue mayor discrecionalidad para no trancar burocráticamente las decisiones, los proyectos, y su ejecución. Dicha ley debería incluir además un contralor inteligente agiornado y racional que califique el accionar del Poder Ejecutivo, a la inversa de las reglamentaciones y normas actuales, que encajonan todas las iniciativas poniéndolas a dormir. Sólo eliminando cajones y desempolvando archivos tendrá gran rendimiento el corto lapso de 5 años del próximo período.

Vale la pena apostar en grande. Si no lo hacemos la quedamos nuevamente.

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