@|Sr. Edgardo Novick:

Maravillosa página nos regaló nuestro centenario diario.
¡Con pocas palabras, sin discursos, Ud. expresó lo que fervientemente anhelamos más de la mitad de los ciudadanos de este querido Uruguay!
Con enorme valentía, expuso no una volición, sino ya una certeza que nos envuelve a todos los hijos incorruptos.

Lejos de abrazos con dictadores, con especuladores de carencias, entregándoles un diezmo.

Festejó América y el mundo, pero aquí... silencio, silencio, silencio...
¿Acaso era de esperar otro gesto de quienes comparten el amor por los opresores?

A los encuestadores, con total certeza les pido que vayan bajando de la calidad de “indecisos” a muchos miles de verdaderos patriotas.

Los mensajes desbordaron con sus palabras adherentes todas las redes. Las que funcionan bien, claro.

Sr. Edgardo Novick, se terminó la ansiedad de saber adónde iría mi voto.
Ese expresivo y realista FIN, no dejará de estar ante mis ojos y mi espíritu.

¡Gracias por ese tan necesario mensaje para todo el país!

¡Cuánta verdad encierra!

Y les quedará flotando una crucial pregunta: ¿podremos volver?

Esa pregunta fue por ellos mismos contestada: ¡No estamos a la medida de lo que Uruguay precisa!