@|Según la socióloga turca, Zeynep Tufekci, hay una puesta en escena de la pandemia al mejor estilo teatral.

Los equipos de pulverización de desinfectantes, con ropajes estrafalarios como si fuesen astronautas de ciencia ficción, dedicados a la limpieza de espacios públicos, transmiten una sensación de seguridad más intensa por su impacto visual, que por su utilidad.

Lo útil de la desinfección está en entredicho, porque los científicos afirman que los contagios por aerosoles ya son la mayoría, frente a los contagios por contacto con superficies con vestigios del virus SARS Cov-2.

Por lo tanto, el espectáculo visual desplegado contra el virus tiene un efecto psicológico.

Esta realidad psicosocial es muy curiosa, creo yo, porque lo mental influencia nuestra salud física, como ya lo habían percibido hace miles de años los yoguis.

El ser es la integración del cuerpo, la mente y el alma, en un solo sujeto dinámico. Si uno de estos aspectos se vuelve endeble, provocará la ruina del hombre.

Me parece que Brasil, que ha llegado a 254.221 muertos por la Covid-19, refleja la situación de la alimentación, que para Mario Osava (IPS), tiene la marca de “la mala nutrición y de demasiados alimentos industrializados e insalubres” consumidos diariamente.

Por otra parte, la educación pasa por una crisis muy fuerte, el gobierno intenta disfrazar la realidad y la sociedad parece seguir sus propios instintos.