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El gobierno progresista

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@|Considero que la era progresista fue un gobierno revolucionario que cambió la metralleta por el poder.

Como el fin justifica los medios, proyectaron y aprobaron leyes desconociendo la Constitución, el voto de sus legisladores y la voluntad de la gente.

Llenaron el Estado de parientes y amigos y se gastaron hasta el último peso en fiestas y proyectos inviables.

Va un ejemplo que me exime de toda aclaración.
La Ley de Caducidad:

La Ley de Caducidad, contrapartida de la Ley de Amnistía, fue votada en el primer gobierno del Partido Colorado con el apoyo del Partido Nacional.

Promovieron un Plebiscito el 16 de abril de 1989 y perdieron; un Referéndum 10 años después y perdieron; la quisieron anular y empataron 49 a 49, porque uno de sus legisladores no lo votó.

“Semproni no quería ir en contra de los dos pronunciamientos populares que ratificaron la Ley de Caducidad y además consideraba que el proyecto de ley dejaba abierta la posibilidad para los recursos de inconstitucionalidad”.

Pero, como no tienen frenos, en el 2011 sacaron una ley que restablece la pretensión punitiva que había caducado, decretaron que el tiempo no transcurrió y que los delitos cometidos por los militares son crímenes de lesa humanidad.

Por supuesto que esta la ley fue declarada inconstitucional, pero no les importó.

Aprobaron más leyes declarando que hubo dictadura, con fecha de inicio y fin, terrorismo de Estado y crímenes de lesa humanidad para mandar a todos los militares presos.

Hicieron una utopía de la historia para hacernos creer que los luchadores sociales se levantaron en armas para defender la democracia y fueron aplastados por los militares del Plan Cóndor.

Nos dejaron un país en ruinas donde el enemigo son los políticos, los jubilados, el Estado, las empresas públicas, los militares, los fachos y los reaccionarios, término que se aplica a todos lo que no se creen las mentiras o son políticamente incorrectos.

Pero nada está perdido.

Nos quedan tres recursos: la verdad, los partidos tradicionales y el voto de la gente que piensa por sí misma y está dispuesta a construir un futuro mejor.

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