@|En la edición del 1/03/2020, página 19, el Sr. Hugo Burel analiza la edad de los presidentes,y con su acostumbrada solvencia, refiere que con el desarrollo de la medicina actual se puede hacer sin problemas.

Esta afirmación tiene un supuesto, sobre el que desde hace años escribo, sin ningún éxito y es: "Siempre y cuando el elegido esté sano y no tenga alguna adicción".

Lo que yo sostengo es que el secreto médico de las personas que son elegibles a un cargo de alta responsabilidad, en vez de secreto, debe ser comunicado, porque si la expectativa de vida es menor al mandato se está eligiendo al N° 2.

Algunos ejemplos: cuando el Gral. Oscar Gestido fue electo tenía diagnosticado Miocardiopatía con FEVI baja y evolucionada; en esa época, se moriría en 2 o 3 años. El elector eligió a Pacheco. Álvaro Berreta fue electo, ya estaba diagnosticado con cáncer de vejiga con resultado previsible, lo sucedió Luis Batlle.

Entonces, lo lógico es que al presentarse un septuagenario u octogenario, sea sometido a un estudio seudosíquico y se conozcan su enfermedades y drogas que debe tomar.

En mi profesión, fui médico, se le pide a los setentones que pasen el examen certificatorio de ese año y los cirujanos que realicen una operación con un cirujano al lado.

Sin más, quiero declarar que el Sr. Hugo Burel merece mi más grande respeto.