@|No se puede negar que afectar la economía, aumentar la pobreza, tiene un costo social gigante que puede tardar años en ser repechado.

Incrementar las medidas restrictivas de la circulación que se le piden al gobierno, necesariamente pasan por cerrar o restringir mayoritariamente actividades económicas.

Con un déficit fiscal gigante y una deuda externa enorme (que además implica pagar fortísimos intereses), si alegremente se incrementa el pedir prestado para compensar las restricciones a la economía, ¿alguien cree que ese incremento de deuda externa tarde o temprano no se nos exigirá que la paguemos?

¿Qué propondrán en ese momento? ¿Volverán a vociferar el “no al pago de la deuda externa”? ¿Quieren convertir al país en un paria internacional como Argentina?

¿No será mejor que cada uno y todos los ciudadanos usemos el manido carácter solidario del “todos juntos” de los uruguayos y respetemos cabalmente las normas para cuidarnos en esta pandemia?; que además fueron más que reiteradamente difundidas y que sin excepción conocemos.

¡Son las grandes armas hasta que estemos mayoritariamente vacunados!

Por qué insistir con que el gobierno sea el que nos tenga que obligar a hacer lo que todos conocemos y debemos hacer por nuestro bien, por el bien de nuestras familias, por el bien de los demás seres humanos, que conviven con nosotros en esta sociedad llamada Uruguay.