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Dólar Big Mac

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Muchos periodistas e incluso mas de un economista consideran como una información relevante para comparar la sobrevaluación o subvaluación de la moneda local el llamado indice "Big Mac" que surge de comparar el valor de dicha hamburguesa en diferentes países tal cual publica El País en su edición del sábado.

No solo es una absoluta falacia pues obviamente en un país como Uruguay que es productor de todos los ingredientes del "Big Mac", a saber: pan, carne, mayonesa, tomate, lechuga; sino que ademas es un país con obra de mano barata comparada con los países desarrollados y así como valores locativos baratos en términos relativos de los locales necesarios para su venta, dicho valor debiera ser sensiblemente mas bajo.

Es muy distinta la situación por ejemplo de los países europeos que tienen en los hechos sus mercados cerrados a la importación de productos agrícolas con precios muy superiores para todos los insumos, con mano de obra mucho mas cara y valores locativos muy superiores.

Obviamente, la consecuencia es que un "Big Mac" debiera ser sustancialmente mas barato en el Uruguay que en cualquier país europeo.
Ello no ocurre debido al sensible atraso cambiario, o sea a la sobrevaluación del peso uruguayo que se refleja en lo barato que en términos relativos se pueden comprar las divisas de otros países.

Esto produce un daño enorme a la economía uruguaya, dificulta el ingreso de turistas, favorece los viajes de uruguayos al exterior, subsidia las importaciones y castiga las exportaciones. Todo ello lleva al aumento del desempleo, a la reducción de la producción y al aumento del déficit fiscal.
Estamos frente a un circulo vicioso que se agrava, pues la madre del borrego es precisamente el déficit fiscal, ocasionado por el exceso de gasto publico, que se financia con endeudamiento externo, divisas que al ingresar atrasan aun mas el tipo de cambio.

Claro esta que los países europeos al difundir este tipo de indices falaces se benefician, pues en momentos de devaluaciones competitivas entre las principales economías, los países productores de materias primas se ven inducidos a atrasar sus tipos de cambio, que de por si es estructuralmente atrasado debido al llamado "efecto holandés".

Si el Uruguay desea evitar el camino que llevó a la Argentina a su lamentable situación actual debiera poner las barbas en remojo.

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