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"Dignidad arriba, regocijo abajo"

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@|¿Qué nos pasa Latinoamérica?

Respuesta multicausal de un “mega combo” de desencantos, desencuentros, desconfianza, despilfarros, corrupción y tantos otros conceptos nada positivos que el pueblo percibe y hace que éste reaccione y haga justicia con mano propia.

La lectura que el ciudadano hace de lo que recibe desde los que teóricamente velan por el interés general o sea los Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), es tan horrorosa que la teoría del “vale todo” se encarnó como un cáncer maligno que requiere tratamiento radiológico y quimioterapia de incierto resultado.

El pueblo ha resuelto evadir impuestos, robar a mano armada, raptar, matar, coimear, drogarse y tantas otras acciones horrorosas en respuesta a un pésimo ejemplo en los Poderes.

Es que los políticos, que son quienes más tienen que dar el ejemplo de rectitud, confianza, incorruptibilidad son, con su accionar, los peores referentes.

¿Qué podemos esperar de un pueblo harto de malos ejemplos?
Es por eso que cada vez está más vigente que nunca una frase que si bien la acuñó Aparicio Saravia, pudo haberla pronunciado Batlle y Ordóñez, Wilson ó Seregni: “Dignidad arriba, regocijo abajo”.

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Batlle.

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