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¿Y después?

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@|Vivimos una situación similar a una guerra, la cual finalmente terminará.

Los ejemplos de contiendas, lamentablemente son muchos. Quienes supieron salir adelante, lo hicieron cuando gobernantes y gobernados se unieron para salvar y reconstruir el país.

La pregunta es: ¿habremos entendido qué pasó y comprendamos quiénes mantienen y mantuvieron al país?

Veremos que están los que se jugaron por la patria. Mientras, hubo un parate obligado de muchas personas, pero, el país siguió funcionando y va a salir. Por lo tanto, un mínimo de personas mantiene una gran carga y el resto vive gracias a esas entregas.

¿No llegó el momento de sincerarnos y divulgar que es cierto que debemos aprender que hay que cambiar para así ser mejores?

Debemos reedificar. Palabra que expresa ganarse la vida con rendimiento laboral (manual, intelectual, el que sea), pero trabajo al fin, sin lucrar del esfuerzo de otros.

Entendamos, el día después se llama ganarse la vida siendo eficientes.
Hemos vivido años con concesiones creadas por diversos gobernantes. Ha llegado el momento de afrontar lo que no se ha desafiado: el trabajo eficiente. Continuamos en el siglo XIX, cargando los costos al Estado, sin comprender que quienes laburan son quienes mantienen el Estado y su burocracia, sin entender que, ese Estado, es de todos.

Hoy vegetamos en una realidad; gracias a esas “facilidades” mantenemos una miríada de empleos estatales, inamovibles y de por vida. Quienes terminan siendo un lastre eterno y en crecimiento. Puesto que trabajo, eficiencia y rendimiento, al parecer no les compete. Súmase a ellos el mantener a aquellos que nada hacen, pero sí cobran, gracias a la solidaridad estatal, pero, sostenidos por los laburantes...

¿Cuál es la solución?
¿No es momento de revalorizar el trabajo y basta de subvenciones y supuestos trabajadores, fieles representantes de un mundo que se terminó?
¿No será momento de preguntarle al pueblo si quiere trabajar o seguir así?
Puesto que, entronizado el precepto de mantener y proteger a quienes no trabajan, o no son eficientes, con el agregado que son muchos, hace difícil penetrar en ese mundo para decir no va más. Allí han demostrado ya, que defenderán la eterna siesta y el mínimo esfuerzo a capa y espada, sin entender que están para servir y no continuar en la eterna siesta.

Siempre se mira a ciertos países del norte que han crecido y favorecido a su pueblo. Pero, entendamos que, allí el trabajo eficiente y productivo llevó a que se cultivara la población y desaparecieran diferencias económicas y sociales. Ese sí es un mundo más equilibrado, con menos horas de trabajo. Porque han sabido manejar sus conocimientos, su economía, superarse y ser lo que son.

Si se comprendiera lo expuesto y no aprovecharse de los beneficios del Estado facilista, podríamos pensar en salir de los problemas. Hay una masa que agacha el lomo, mientras otros quieren crecer, pero el mamut estatal no les ayuda. Entonces, ¿no será que tenemos que empezar de nuevo, ahora, mirando al futuro con ansias de trabajo? El pasado, sirva de ejemplo de lo que no hay que hacer.

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