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¡Despierten uruguayos!

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@| Se acerca el momento de entrar a decidir el futuro político de nuestra Nación. Ha llegado la hora de la “previa”, de prepararse y conocer seriamente los planes programáticos de los nuevos candidatos y con sus conclusiones, salir a jugar este difícil partido que el Uruguay nos reclama.
Y no es una elección más (como suele oírse por allí, pase lo que pase vamos por la 4ª vs. subestimando a los rivales) no, a la inversa es una elección atípica en donde no solo se exponen ideas sino el compromiso patriótico en la recuperación de enormes valores perdidos. Los mismos que en una época no tan lejana fueron orgullo de los uruguayos.

Es que una fuerte tormenta ideológica sacudió las consciencias bien intencionadas de muchos compatriotas, provocando una fractura social a remediar.

Debemos ser muy firmes y decididos en salir a la cancha de las urnas con la convicción plena de un gran cambio confiando en aquellos candidatos que luchan día a día por la recuperación nacional.

El país no aguanta más la enorme carga impositiva, los altos costos que caen sobre las empresas y las familias, la inseguridad cada vez mayor y la triste sensación de una libertad acorralada…

Grandes pérdidas y malogrados presupuestos, caso de Ancap, Antel Arena, Fábrica de Portland, el puerto de aguas profundas en el Dpto. de Rocha, que se hundió en su esquema programático (hoy sin comenzar), la tan recordada Pluna sacudida en sus turbulencias con juicios, cooperativas, créditos, etc. etc. hasta que llegó el caballero de la derecha y con el apoyo de los caballeros de la izquierda la hicieron caer definitivamente.

El destino no lo sabemos y al día de hoy no hubo más señales de la torre de control.

Y por tierra quedó el “Tren de la Amistad Uruguayo-Argentina” que unía Concordia-Salto, que ni siquiera arrancó el día de la inauguración, quedando en la vía de la ilusión , truncando un sueño turístico muy poco feliz.

Pasó el tiempo y los turistas de ambos países siguen en el andén esperando el paso de la vieja locomotora.

Y como si fuera poco en vísperas de esta nueva elección deja este gobierno una deuda bruta de casi 40.000 millones de dólares, cerca de 50.000 puestos de trabajo menos, un campo con 3.000 millones de dólares de deuda y una nueva emisión de bonos al 2050!, lindo regalo para nuestros hijos y nietos!!!
Se necesita urgente impulsar nuevos proyectos de desarrollo productivo, moderno, de calidad preferente desestatizando el equivocado camino emprendido desde hace casi 15 años.

Hay un dicho de un economista que decía que “la riqueza de los ricos en la sociedad moderna no genera necesariamente la pobreza de los pobres” El factor humano de cualquier clase social es el que al final con su creatividad, constancia, espíritu de trabajo y superación consigue progresar obteniendo así un mayor bienestar.

Finalmente y como señalamos al principio de estas líneas ir en busca y rescate de la pérdida de valores éticos y morales que hoy pulsa la Repúbica.

Vocabularios groseros, mentiras a la luz del día, mentes reviradas por causa de otra Ley (cannabis) con la correspondiente violencia e inseguridad nacional, despenalización del aborto legalizando la muerte y/o asesinato de un niño indefenso y uruguayo. Aprobación de la ley del matrimonio igualitario que permite casamiento de personas del mismo sexo, sin duda otro golpe bajo a la moral pública y al cristianismo, aceptación por el Parlamento (2009) a la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo y que la única Institución habilitada para asignar familias sería el Inau. ¿Asignar familias? Y suena raro, ¿no? Mujeres con mujeres, hombres con hombres. ¡Qué ejemplo de moral pública! Opción y adopción de niños y niñas en este triste y lamentable contexto.

¡A despertar entonces! Esta es la gran oportunidad democrática de terminar con todo este enchastre de ideas que solo buscan la destrucción y fractura de la familia uruguaya.

El mundo ha cambiado, América en particular también, es la hora de la renovación nacional si queremos un Uruguay feliz. Es la hora de los hombres de pie con la bandera de la moral y la producción en lo más alto del cielo patrio. Es la hora de la verdad y no del engaño, la hora en que el alma de una nación pide un voto de patriótica rebeldía que guíe los destinos de un Uruguay de profundo cambio y si Dios quiere bajo el mando de hombres de estirpe y solvencia política.

Como decía San Agustín: “Los tiempos son como los hacen los hombres. Seamos mejores y los tiempos serán mejores”.

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