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Desperdicio

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@|Es lo que se hace cuando se pierde, voluntariamente, algo que se puede aprovechar en forma beneficiosa. 

Leo consternadamente que han instruido al Ejército para que destruyan todos los ejemplares posibles de la “rana toro” en una zona del país en la que se han convertido en azote depredador invasor. 

Quien no ha probado el plato de ancas de rana debería hacerlo pues se ha perdido una de las exquisiteces y delicadezas de la cocina por la blancura de su carne y la suavidad de su sabor que no acepta preparaciones con sabores fuertes que opaquen el suyo. 

Años ha, en Montevideo, cerca del Palacio Municipal existía un restaurante (Riachuelo) que ofrecía este plato y en Carrasco, en un conocido restaurante de la calle Arocena también lo ofrecían aunque dejaron de hacerlo hace muchos años también. 

Alguna esporádica vez las encontré congeladas en algún supermercado, también hace años y nunca más por lo que cada vez que quería consumirlas debía aprovechar alguna ida a Buenos Aires donde existían dos lugares, uno de ellos “Arturito”, cerró hace meses por lo que me queda solamente uno, un bodegón llamado Miramar. 

Es muy lamentable que alguien con algo de impulso comercial no se anime a cazarlas, faenarlas y ofrecerlas, de lo contrario será un desperdicio ya que por su tamaño son ideales para hincarle el diente.

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