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¿Desdolarización?

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@|Cuando en la década del 60´, el en aquel entonces Ministro de Hacienda, Cr. Juan Eduardo Azzini, hizo la Reforma Cambiaria y Monetaria, fue calificado como reivindicador y promotor de su profesión a través del consenso público nacional. Incluso fue evaluado como genio.

Ni tanto ni tan poco.

No inventó el agujero del mate pero su acción trasuntó un profundo sentido racional y humanista que él tomó empíricamente de la historia de países que pasaron por grandes conflagraciones o crisis.

La inflación no importó. El ciudadano siguió siendo el mismo con inflación que sin inflación, porque su salario o ingreso fue ajustado acorde al aumento de los precios.

Quienes se perjudicaron fueron los bancos, porque tenían sus colocaciones efectuadas en préstamos de moneda nacional, lo cual envileció sus carteras, cosa que produjo una seguidilla de quiebras bancarias; hasta que en la dictadura militar se comenzó a privilegiar a las “instituciones” financieras, modificándose la ley de usura y llegándose a cobrar tasas de hasta 200% (doscientos por ciento) por un vale bancario.
Asimismo siguieron los “cracks” banqueros, porque luego las carteras fueron dolarizadas compulsivamente para los deudores aunque estos tuvieran sus ingresos en pesos, lo cual los condujo a una cesación de pagos de deudas bancarias cosa que llevó al cierre de la banca privada nacional que, finalmente, es extranjera.

Todo eso determinó un doble resultado actual:

1) La sublimación de los privilegios de la banca que cobra intereses de hasta 80% y no sólo no paga intereses en Caja de Ahorros, sino que cobra por servicios inexistentes al recibir el dinero de la gente en depósito “administrando” la cuenta. Una manera “sui géneris” de fomentar el ahorro: cobrar por tener la plata de los depositantes.

2) La autodefensa de la Economía Nacional, que fue dolarizándose paulatinamente por inercia, como un seguro tácito ante eventualidades de crisis creadas por las “políticas” que, a su vez, crearon un “antídoto” contra las posiciones en moneda extranjera: El atraso cambiario que posibilitó enormes transferencias de recursos directas e indirectas por diferencia de cambio desde los sectores industriales y agropecuarios a actividades privilegiadas como la Importación, aumentaron la deuda externa y además beneficiaron la balanza comercial y cuenta corriente de los grandes países del primer mundo, quienes inventaron la “Economía Ortodoxa” como catecismo a profesar por los países tercermundistas en beneficio de aquellos.

Se evidencia hoy, por medio de todo lo transcurrido desde Azzini hasta el actual Banco Central, una incontrastable formulación maniqueísta que diferencia a ambos, no sólo porque en aquel entonces la gente vivía mejor, sino porque nuestra hoy autoridad monetaria se ha embarcado en una camisa de 11 varas que debería albergar un espacio para el ejercicio de la “libertad responsable” de tener u operar dólares por parte de la población.

No somos comunistas. Pero… ¿no habrá llegado la hora de estatizar la banca?

Y otra cosa: La inflación ha sido buena para muchos países que la han utilizado racionalmente como elemento de desarrollo y sabiendo que su evolución siempre será vegetativa, ya que está demostrado que tratar de eliminarla directamente es un círculo vicioso.

Hay que dinamizar la Economía, y la inflación lo ha hecho muchas veces. La expansión económica controlará luego la inflación lo cual es un círculo virtuoso. La moneda nacional debería existir únicamente como un mero elemento administrativo referencial hacia el dólar, moneda ésta cuyas condiciones han permitido defender nuestra Economía, a la que ahora quieren desdolarizar.

¿Para qué necesitamos una moneda fuerte y cómo la mantendremos en esa condición, si el Uruguay no existe?

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