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¿Democracia o dictadura?

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@| El asunto de la democracia en el siglo XXI está tomando algunas características que indican, que los procesos que originariamente eran considerados como definitorios de su existencia, deben ser redimensionados, entre ellos destacan los siguientes:

1.El sufragio: Originalmente el sufragio ha sido considerado como la manifestación más básica de la representación popular, de hecho lo es, pero su accionar en algunos países durante los últimos años ha constituido una excusa para la legitimación de algunas manifestaciones muy alejadas del comportamiento democrático en esencia. Hay países donde existen los procesos electorales exigidos por la comunidad internacional pero donde se han establecido una serie de vicios que convierten la voluntad popular en un adefesio que se emplea como excusa para la implantación de gobiernos de facto que se amparan en el sagrado sufragio, para mantenerse en el poder. Todos los dictadores sin excepción se autoproclaman demócratas y defensores de los derechos humanos. La historia no registra a ningún genocida que se reconozca como dictador, por el contrario todos los autócratas enarbolan banderas de democracia y generalmente manipulan la ley para convertir la justicia en un fantasma que deambula entre la constitución y las leyes republicanas, pero que en realidad se alimenta de los intereses del dictador. Latinoamérica está llena de ejemplos: Pinochet, Alfredo Stroessner, Hugo Banzer, Juan Velasco Alvarado, Humberto Branco, Manuel Antonio Noriega, Fidel Castro, Aparicio Méndez, más recientemente Hugo Chávez y Nicolás Maduro. En todos y cada uno de los casos han usado el sufragio como elemento de legitimación democrática, bien para asumir un gobierno o para, por medio de plebiscitos generar plataformas “jurídicas” que sustentaran sus gobiernos de facto. El caso más reciente es el de Venezuela donde se han efectuado un increíble número de elecciones, que han sido manipuladas, con la única finalidad de sostener un aparato democrático aparente, pero que en la práctica se ha convertido en uno de los más espantosos capítulos de las dictaduras latinoamericanas.

2. Las mayorías parlamentarias: Una de las cosas que más daño le ha causado a la democracia latinoamericana ha sido la manipulación que a través de las mayorías parlamentarias, se ha establecido en nuestros países. Existen casos patéticos como el del gobierno de Maduro quien al no poder tener el control de una Asamblea Nacional que no lo representaba, decidió mediante la manipulación de elecciones convocar una Asamblea Nacional Constituyente para perpetuarse en el poder, aprovechándose de la mayoría “parlamentaria” lograda mediante ese ardid. Casos como el de otros países, donde la existencia de una mayoría parlamentaria no permite que se investiguen casos de corrupción en el gobierno, porque afecta los intereses del partido oficialista. No importa si es un vicepresidente ejecutivo con títulos falsos o abuso de beneficios económicos; un diputado señalado mundialmente como jefe de un cartel de narcotráfico o el asesinato de un fiscal general justo antes de presentar el caso que acusa a una funcionaria de muy alto rango en el gobierno nacional. Es necesario redimensionar lo de la representación en los parlamentos, es preferible tener congresos donde existan tantas diferencias ideológicas que sea necesario apelar a las ideas para establecer funciones de contralor y no a un grupo de parlamentarios, quienes como focas aplauden según el pescado que muestre el partido al cual pertenece la mayoría parlamentaria. Yo considero necesario que las minorías tengan un número de representantes, que tengan posibilidad de hacer valer los derechos de las minorías, sin que las mayorías se vean afectadas, pero sobre todo es tiempo de abandonar esa especie de tubos ideológicos donde las mayorías encierran a sus componentes sin que tengan derecho a pensar distinto. Las mayorías parlamentarias matan el fin único de la democracia, la opinión independiente y el imperio de la ley, la justicia y la verdad, porque terminan hasta condenando el más básico de los elementos de la sensibilidad humana por apegarse a los designios que impone la nefasta mayoría parlamentaria, la cual no es otra cosa que la ejecución de una dictadura política impuesta a través del sufragio para mantener en el poder a un grupo de personas que aparentemente sustentan su accionar en ideologías que incluso terminan traicionando ellos mismos. ¡He dicho!

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