Publicidad

Defender las convicciones con firmeza...

Compartir esta noticia

@|...y sin idioteces, la extinta profesora Carmen Tornaría, dixit.
Para agregar que “gobernar implica tomar decisiones, y esto necesariamente lleva a afrontar resistencias”, abogando por separar el proyecto público de la lucha político- partidaria o gremial.

Solo con liderazgo, plan y equipo se lograrán cambios de fondo en la enseñanza pública, avanzando a pesar de enfrentamientos y, cual topadora, logrando convencer a la mayoría docente de los beneficios de dichos cambios.

Esto fue lo hecho por el fallecido Profesor Germán Rama, muy resistido al principio y hoy ampliamente reconocido como el último profesional que logró mover la aguja para mejorar el estado de la educación y de cuyo equipo también formara parte el Profesor Robert Silva.

Todo esto, analizado muy a fondo en el último número del semanario Búsqueda.

Sin embargo, también se desprende de dicho artículo que, si bien el espíritu de los que están a cargo avanza en esa dirección, dificultades políticas o mejor dicho, con perdón de los involucrados, intereses políticos partidarios parecen impedir la concreción de las mejoras necesarias en el corto plazo.

La Coalición, que debería actuar en bloque apoyando algo que es impostergable por el bien y el futuro de nuestros niños y adolescentes menos favorecidos, antepone intereses partidarios y personales a las urgencias que el tema merece.

Que si el Profesor Silva debe ser preservado ya que es carta segura para el 2024 como candidato del Partido Colorado y no debería desgastarse enfrentando al tozudo y partidizado gremio docente; que el Partido Nacional no vería con buenos ojos que el Partido Colorado se arrogue el triunfo de estas reformas, etc.

En el mismo semanario, el editorialista Sr. Andrés Danza titula su artículo sobre el mismo tema “Ojalá me equivoque”, señalando que, hasta el presente, el cambio no llegó (no culpemos de todo a la pandemia...) y expone sus dudas de que llegue. Expresa que los niños no votan y nunca será por esa vía que se conseguirán votos. Por lo tanto, cuentan poco, cuando deberían ser los primeros objetivos a cuidar.

Me viene a la mente el recuerdo del Dr. Vázquez anunciando que durante su mandato la reforma educativa sería tan intensa que “hasta temblarían las raíces de los árboles”; o del Sr. José Mujica, quien, al asumir su cargo, comenzó su discurso con un vehemente “educación, educación, educación”. Para, al finalizar su período de gobierno, y nobleza obliga reconocerlo, declarar, apesadumbrado: “Con la educación no pude”.

¿Podemos los uruguayos seguir tolerando esta situación? ¿Podemos aceptar que un docente frente a un paro, para hacer más exitoso el acatamiento al mismo, le aconseje a una madre que no lo mande porque después será mal mirado, o lo que es peor, estigmatizado por los “vocacionales” profesores compañeros que seguramente le pondrán palos en la rueda para aprobar el curso? (No lo estoy inventando, la misma madre del chico, conmovida, dubitativa, indignada, me lo contó).

Entonces, ya no se trata del FA en el gobierno, de la Coalición. Creo, con gran desilusión y pena que, si seguimos anteponiendo intereses personales o partidarios y no logramos separar el proyecto público de la lucha político-partidaria o gremial, por mal camino vamos y así seguiremos. A menos que quienes nos gobiernan decidan, de una buena vez, defender las convicciones con firmeza y sin idioteces, tal como argumentaba la Profesora Tornaría, perteneciente, como es de público conocimiento, al ala izquierdista del espectro político, pero que era consciente de que solamente con grandeza y estando por encima de mezquindades y egos a adular, lograríamos éxito en esta empresa tan urgente como necesaria.

Quien así no lo entienda, que se haga cargo de sus egoísmos; la historia estará allí para juzgarlo...

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad