@|Mahatma Ghandi dijo una vez: “No hay que apagar la luz del otro, para lograr que brille la nuestra…”. Algo similar se podría decir de las ideas políticas. Quien piense que existe una única verdad, lo que tiene en realidad es un problema patológico. Defender nuestras ideas no puede ser de ninguna manera la excusa para avasallar al otro. La democracia y el pluralismo se nutren de la “grieta” que nos hace diferentes unos de otros.

Una grieta que nos hace “crecer” al confrontarnos con un pensamiento diferente al propio, que nos hace cuestionarnos o reafirmar nuestras propias creencias. Querer anular a quien piensa diferente es propio de mentes enfermas, perversas y manipuladoras.

La imposición de ideologías es el camino contrario a la democracia. La libertad no solo se pierde en una dictadura, algo de lo que los uruguayos sabemos y bastante, también se pierde en una democracia cuando los ciudadanos dejan de ver en el otro a un adversario y comienzan a ver a un enemigo.