@|La pandemia está desafiando los recursos sanitarios al máximo, tanto en locales como en personal capacitado; y en la esperanza que generan las concesiones de vacunas que ha expresado el gobierno.

Dentro de los problemas, resurge el tema de los cupos de especialidades que hoy desafían al personal necesario para cuidados intensivos. Y aquí chocan Facultad, gremios y necesidad de recursos; y cómo tenerlos hoy o mañana.

La Facultad con los gremios estudiantiles y egresados ha tomado el criterio de cupos máximos por especialidades. Esto se puso de relieve con el Hospital de Ojos y hoy regresa con los CTI.

Hay rechazo gremial y de Facultad por la forma de capacitar aún parcialmente refuerzos, para hacer frente al problema en ciernes. Y todo se origina en los límites impuestos para mantener niveles de ingresos y jerarquías cuasi hereditarias y por supuesto absolutamente inconvenientes.

¿Cómo una Facultad de la Udelar le pone topes a las especialidades y favorece privilegios en contra de la promoción estudiantil del conocimiento y su ejercicio?

Lo que deba hacerse hoy, por el posible problema de hoy, tiene pues que ver con las trabas artificiales y de conveniencia particular de años y años.

Algún día, alguien deberá poner fin a esta situación que en nada condice con la Udelar, donde sólo los méritos tengan lugar y no se los limite o prohiba con otros intereses.

Sólo como un caso del pasado recomiendo a estudiantes y egresados releer “La Ciudadela”, el enorme libro del Dr. Cronin, sobre los médicos y la medicina en la Gran Bretaña de los años 20, un siglo atrás. Como si fuera hoy...