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El cuplé sobre Rivera

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@|La izquierda no sabe perder. No admite perder. Son "el Pueblo" y el Pueblo no puede reconocer que es minoría. Porque si el Pueblo es minoría pasaría a ser una oligarquía rezagada.

El episodio de los humoristas que se burlan de los riverenses en la voz de Rafa Cotelo es una catarsis zurda.

No es el único. También Camarotta se burla del "canariaje". Y la apelación que todos ellos hacen al "humor" tiene muy poco de inocente. Son poleas de transmisión culturales o brazos culturales de un aparato más complejo de impregnación de valores progre en una sociedad que aún se resiste parcialmente a vivir en clave de socialismo.

Luego de tres períodos de gobierno, todos vimos la metamorfosis de políticos cohabitando con figuras de la televisión o la cultura. Y de golpe la mala noticia los vuelve a sorprender: perdieron las elecciones. Habrá muchos menos cargos para repartir. Los agentes culturales empiezan a temer y se ponen belicosos.

¿A quién pegarle? A Lacalle no conviene ahora. Está muy fuerte en su imagen.

Entonces vamos a pegarle a los "canarios". ¡Total no nos votan!

Ahhh pero más cómodo es pegarle a los de Rivera ¡porque están lejos y son colorados abrasilerados! Descarguemos la bronca progre contra los riverenses. A los montevideanos no les va a molestar y allá en el norte no entienden a Cotelo. Hablan en portuñol. Además, si serán raros que hace décadas vienen votando a los colorados. ¡Si ya ni existen en el Uruguay!
Estos y otros razonamientos sacuden la manera de pensar de personas que tuvieron su cuarto de hora de aplausos "focales" desde una platea que aplaudía cual movimiento instintivo pavovliano y un poder político que los amparaba.

Eso hoy se terminó pero los agentes siguen todos vivitos y coleando.
Algunos cantan, otros están en los informativos, otros hacen humor en radio y televisión. Han ocupado cuanto espacio posible haya mezclado sus aptitudes en sus oficios con la permanente cuota de transmisión de valores en pos de una ideología que ha fracasado en el mundo entero. Los recursos son infinitos. Un día es ideología de género pero el otro es la guerra racial o la lucha LGTB y otro día será el convencerte que las personas del Interior son inferiores a las de Montevideo y por eso votan como votan.

Duro trabajo nos espera a los uruguayos que no compramos estos mil campos de actividad Gramsciana.

En estos días nos van a decir que son las reglas del humor.

Preparémonos para contestar que el humor nunca puede sobrepasar la ley penal. El humor que incurre en la figura de incitación al odio no es humor, es delito.

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