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Clandestino no es lo mismo que malo

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@| “El aborto no es malo por ser clandestino. Es clandestino por ser malo.”
Esta categórica afirmación, escuchada por azar, me hizo evocar la época en que los fanáticos, degenerados y politeístas emperadores romanos perseguían, torturaban y asesinaban a los creyentes cristianos.
Estos desdichados no tuvieron más opción, para defender sus vidas y su fe de tanta crueldad e incomprensión, que convertirse en clandestinos. 

Ni más ni menos que lo que hacen en todo el mundo (en donde no esté reglado el aborto, como afortunadamente lo está en Uruguay) las mujeres que arriesgan sus vidas en condiciones indignas de un ser humano.

Ninguna mujer aborta por el placer de hacerlo. Ni una sola, que no quisiera previamente, lo hará solo porque esté legalizado y regulado. Legalizado y regulado no significa obligatorio. 

Jamás se me había ocurrido, antes de escuchar el disparate clandestino = malo, que ser cristiano pudiera ser sinónimo de malo. 

Por tanto, quien afirme que ser clandestino es sinónimo de ser malo, o es muy noblemente ingenuo o conoce muy poco de la vida y el dolor real.
Queda más que claro, entonces, que clandestino no siempre es sinónimo de malo.

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