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Un clamor popular

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@|En distintos ámbitos se repite un deseo que se está transformando en clamor y que a muchos nos está preocupando.

Mientras una parte de nuestra población está cursando el duelo por el poder perdido otra, no menor, está esperando empezar lo que le habían prometido pero la pandemia impidió. Tampoco hay señales de si unos y otros están previendo lo que vendrá.

Tal parece que quienes están de luto no hubieran asumido aún que un minúsculo virus está causado más pérdidas humanas y materiales que la estupidez humana de los últimos 200 años.

Algunos de nuestros políticos en vez de ocuparse del pasado (que cualquiera fuera su signo ya fue), no parecen capaces de preocuparse del futuro cuyo atributo puede ser positivo si acertamos, o muy negativo si no lo calificamos de acuerdo a lo que se viene sí o sí. Es lamentable verlos discutiendo banalidades como “tu dijiste” o “dejaste de hacer” cuando dentro de pocos años verán como éste, su País, “pierde el tren” frente a otros más previsores.

Hace años los cambios eran pausados, lineales (ax2=2a, ax3=3a, etc.), fáciles de asimilar. La ciencia y la tecnología transformaron los cambios en dinámicamente acelerados, exponenciales (a2=axa; a3=axaxa, etc.), sólo asimilables y utilizables por quienes tienen los conocimientos adecuados.
¿Cuán preparados estaremos cuando la pandemia deje de ser el protagonista de nuestras vidas? ¿Estaremos en condiciones de producir más y mejor conocimiento, productos, niveles de vida, etc.? Los actores prominentes de nuestra sociedad deben dejar sus pequeñeces y pensar en el futuro de ellos, de sus hijos y nietos… porque si no lo encuentran acá lo buscarán en el extranjero.

Es como si detenidos en el presente se preocuparan de lo que no tiene retorno, en vez de continuar con nuevos recursos que están ahí, pero que hay que munirse de los medios adecuados para aprovecharlos. Recursos que vienen con el conocimiento.

Sé por experiencia que la planificación tiene reglas para lograr un fin. Están los que reniegan de una vida “estructurada” y prefieren las sorpresas que conlleva la libertad. Pero lo que es admisible en un ámbito bucólico no lo es en una sociedad demandante. Mucho menos cuando su existencia depende de la posibilidad de lograr una buena posición entre las naciones que luchan por la supremacía.

Nadie niega ni ignora que la evolución tiene una incierta fecha de inicio pero no de finalización. Los cambios cualitativos son cada vez más acelerados. Tomando como ejemplo las actuales vacunas, se han logrado en meses lo que antes llevaba años gracias a un avanzado conocimiento. La reciente informática clásica ha dado lugar a la cuántica (basada en cubits) y a nuevos algoritmos. ¿Cuántos están capacitados para usarla?

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