*|Sin duda que me gustan y mucho los perros. Son una gran compañía para los adultos mayores y también para los niños.

En estos últimos días, me he puesto a pensar sobre el famoso “chip” que se le deberá poner a cada mascota.

Además del costo de la patente, ahora $500 para el chip.

No todos podrán pagarlo. Y me pregunto en esos hogares donde hay más de un can, sin duda no se los pondrán. Ni pensar en el interior del país, en el campo no se justifica. Por otro lado, la gente que vive en los asentamientos y tiene más de un perro, tampoco acatarán la regla.

La gente que tiene perros, en su mayoría se ha manifestado en contra de la medida. Sin embargo, la autoridad se empecina a llevarla a cabo. Uno se pregunta por qué tanto interés. ¿Qué hay atrás de todo esto? Dicen que hay alrededor de un millón y medio de perros. ¿Será para recaudar? No se justifica, el fin que dicen perseguir, si se cumple, va a ser en una forma mínima que para nada justifica todo esto. De lo contrario hay algún fin que yo no logro visualizar con claridad.

Esto es nuevamente una disposición dirigida con nombre y apellido a la misma gente de siempre que es quien paga y a quienes, -en caso de que controlen- van a controlar. Del universo de perros que existen en el país, va a ser un proporción totalmente mínima.
¡Es tan ridículo en este Uruguay con tantos problemas a resolver, que ahora esté en el tapete el chip para los perros!

En fin, como ya es un hecho, aquel que ya tenga una mascota intente cumplir con todas las reglas para no ser multado. Y si no tiene, evalúelo antes, porque con los costos que va a tener, sin duda se le va a hacer cuesta arriba.

¡Que “recaudación” parecida al maletín de primeros auxilios... no sirve para nada pero todos lo tuvimos que comprar!