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Cascos Azules Uruguayos

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@|Por estos días regresó, luego de estar poco más de un año fuera del país, un hijo mío que estuvo prestando servicios con los Cascos Azules de
Naciones Unidas, en la República Democrática del Congo. 

Como otros tantos soldados de nuestro Ejército, se presentó para esta misión fundamentalmente por el bajo salario que perciben estos servidores
de la Patria. 

Como es de imaginarse, para los familiares eso significa además estar continuamente comunicándose con su hijos, nietos, esposas y esposos, vía whatsapp, para saber cómo se encuentran y poder estar tranquilos de que están bien. 

Recordemos que el Congo es una nación que viene padeciendo conflictos armados desde hace largo tiempo, con tropas rebeldes que no tienen ningún tipo de escrúpulos en atentar contra vidas inocentes, en las poblaciones civiles. 

Nuestros soldados tienen la tarea de proteger a esas poblaciones, razón por la cual son apreciados y hasta queridos por los lugareños, algo que no se puede decir de la totalidad de las fuerzas de Naciones Unidas. 

Sea por su carisma, sea porque muchos soldados vienen de realidades complejas, y que por ello tienen una sensibilidad especial y diferente, es que se entregan con total cariño y dedicación a paliar la tragedia que viven los congoleños. 

Pero la realidad es totalmente muy diferente cuando esos mismos soldados deben prestar servicio en nuestro país. 

Bien es sabido que son requeridos para casos de emergencia climática, lo cual es razonable, dadas las urgencias que implican inundaciones y tornados, con toda la destrucción que estos fenómenos atmosféricos generan. 

Pero también, y ello es lamentable, son requeridos para levantar basura, cuando Adeom se niega a hacerlo por “reclamos gremiales”, y lo que es peor son requeridos para vigilar los perímetros carcelarios. 

Para colmo, ahora el Senador Larrañaga quiere que los soldados sean un complemento de la Policía, para lo cual está juntando firmas y así convocar a un referéndum. 

Realmente veo que eso es subestimar el real cometido de nuestras Fuerzas Armadas; eso es caer en la misma tónica del gobierno, de menospreciar a los soldados, “a los milicos”, como se los llama habitualmente, denostando su verdadero cometido, que es nada menos que salvaguardar a la Patria. 

Ese es el rol de todo ejército, defender a su país, a su nación.  

Nada más.

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