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Cambio de mano

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@|No me faltó una “d” para hacer mención a la asunción de un nuevo gobierno en la República Oriental del Uruguay, se trata de que va a haber una nueva dirección en materia gubernamental.

Cuando el Dr. Jorge Batlle le entregó la banda presidencial al Dr. Tabaré Vázquez, se produjo un cambio de mano que duró quince años y que ahora acaba de fenecer. Los uruguayos tenemos arraigado un profundo sentimiento democrático, a la vez que pretendemos que los políticos sean a la vez líderes y magos que le solucionen los complejos problemas a la sociedad, siendo nosotros espectadores inertes que cada cinco años concurrimos a dar nuestro fallo en las urnas.

Además, creemos que en gran medida existen poderes hereditarios o habilidades sobrenaturales que le permiten a unos pocos gobernar a unos muchos. Así, hemos tenido a varias generaciones de los Batlle o de los Herrera. Así, tuvimos a un oncólogo para supuestamente extirpar el cáncer de la dictadura cívico-militar. O, a un florista para repartir cargos y dineros públicos.

Que el cambio de mando genera una gran expectativa es indudable. Por algo los dirigentes de cinco partidos se pusieron de acuerdo para establecer un programa único de gobierno y promover la candidatura a la presidencia y vicepresidencia de los integrantes del Partido Nacional, que había obtenido más votos entre los oponentes al FA. Pero lo hicieron porque era lo demandado por la mayoría de la población, sobre todo del interior de la república. Es que en los quince años transcurridos bajo la égida del FA, hubieron a su frente dos líderes, Vázquez y Mujica, que gobernaron exclusivamente mirando los intereses de sus votantes y no los de toda la población como lo demanda la constitución y las leyes. Puede que a la expectativa se le sume la ansiedad por los cambios rápidos. Pero debemos tener paciencia y dar un voto de confianza para que por fin haya un gobierno para todos los uruguayos, por encima de intereses e ideologías políticas.

Ahora bien, la coalición deberá funcionar como un bloque, sin fisuras y siendo conscientes que enfrentan a una máquina bien aceitada de ningunear y sin otro objetivo que el de volver al poder, sin importarles el país y su población. Dos días después que el gobierno asumiera ya hablaban de costo político de los directores de los Entes Autónomos si votaban un aumento de las tarifas. ¿ Qué costo a cuatro años de las próximas elecciones? ¿ Qué costo cuando fundieron a Ancap y nosotros, los contribuyentes tuvimos que poner ochocientos millones de dólares para reflotarla?

Un poco de autocrítica y vergüenza no les vendría mal...

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