Publicidad

¡Ya, cambiemos!

Compartir esta noticia

@|Será posible que el Gobierno de la República insista con paralizar su gestión en diferentes ámbitos imprescindibles para el logro de tranquilidad y satisfacción de la población. 

Es posible que en el siglo XXI, la falta de proyectos de vida para la clase desposeída culmine aumentando exponencialmente la cantidad de uruguayos que carecen de oportunidades e ilusiones y pasen a vivir literalmente en la calle; cuando la población suministra con sus impuestos los fondos necesarios para que esta situación no acontezca. El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) creó una burocracia clientelista que se lleva enorme cantidad de esos dineros del pueblo, quitándoselos a la pobreza e indigencia. 

¿Será posible que continúen las décadas (perdidas) en la educación y no se logre avanzar para fortalecer bases de futura sociedad?
¿Será posible que por indolencia del Estado no se aporten soluciones a quienes viven sumergidos?; fomentándose tristemente el narcotráfico (actividad innovadora de diferentes formas de delinquir) costando la vida de inocentes en forma por demás continua; fallando la seguridad a extremos alarmantes. 

Han acontecido en los últimos tiempos, enorme cantidad de ajustes de cuentas, contando con la pasividad del Ministerio pertinente como agradeciendo el exterminio de quienes viven al margen de la ley. Después informan con prontitud los hechos, la cantidad de procesamientos de quienes han perdido la vida, para generar complacencia en parte de la población y no asumir su mala gestión ni garantizar la calidad de vida de quienes hacen culto de la convivencia ciudadana.

Defendamos la democracia, potenciemos la expresión de honestidad, apostemos a valores como la lealtad, persigamos la corrupción, no alentemos lo que acontece en forma negativa en otros países por afinidad ideológica.

Omitamos escuchar a quienes solo desean desde su actividad pública, política o sindical atraer agua para su molino prescindiendo el interés general de la nación.

Comencemos a discernir que ya en política no queda nadie que pueda decir yo estoy libre de culpa porque mi partido político ha sido emblema de honestidad.

Confiemos, pero seamos sutiles y controlemos a los gobiernos y sus operadores, para no sufrir como ha venido aconteciendo de un tiempo a esta parte con asistencialismo (irresponsable) mal administrado, clientelismo (fondos sustraídos a la ciudadanía), nepotismo (acomodos a la vista del pueblo) y decisiones políticas equivocadas como nunca se había apreciado en la historia del país.

Ha llegado el momento, para quienes han nacido en esta tierra, de comprometer a la próxima clase política en el poder a que debe contemplar la moral y la ética como atributo indispensable, para generar una convivencia política ciudadana de unión nacional.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Mides.

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad