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Entre caídas y resbaladas

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@|Así sufrimos diariamente, aquellos que transitamos por la calle Rivera (y otras muchas de Montevideo).

Para estrechar una imagen, haré referencia a lo que sucede desde Anzani hasta Marco Bruto.

Un ácido divorcio entre la necesidad y la metodología. Íntimamente, clamo por la explicación de la coherencia y los porqués. Tal vez exista...

Se ha dividido la calle Avda. Rivera en 4 franjas. Hoy, el primer sector "trabajado" es un 25% del total de la calzada. Con lentitud y parsimonia, donde muchos sábados no se trabaja.

Desde hace semanas, hace lucir su color marrón, una zanja que con los días de lluvia se convierte en un lodazal.

Pero lo más grave, ¡gravísimo! es que se rompieron ambas veredas, la del sector que se trabaja y por reflejo, la de enfrente. Tal vez porque hace meses se colocaron las cañerías para el agua. Y por favor, se hizo todo a la vez.

No es difícil señalar que han existido varios porrazos, resbalones, cabriolas cotidianas, ágiles zigzagues de la gente mayor. Todo ello para que evoquen lo que deben mirar con los nietos "los charcos de lodo de doña Peppa Pig".

Estas obras -necesarias- en nada armonizan con los métodos utilizados en muchas ciudades del mundo.

En estas épocas electorales, nos golpetea en los oídos: "todo lo mejor para el ciudadano, estamos trabajando para usted".

Enfocando nuestros recursos, no se concibe trabajar por tramos y finalizarlos.

Un aplauso para los que tienen autos: ¡preciosos dribleadores de la ciudad!

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