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El Banco Mundial y el emisor subacuático

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@|El proyecto para la construcción de un emisor de 12 kilómetros de extensión y de 4,30 de diámetro, que volcará en las aguas comunes del Río de la Plata las aguas cloacales de 4 millones y medio de habitantes de Buenos Aires y de miles de industrias, fue aprobado por la Comisión Administradora del Río de la Plata, prácticamente, a carpeta cerrada en enero de 2009.

Diez años más tarde, con el Embajador Carlos Orlando, comenzamos a hacer pública nuestra opinión en cuanto a que ese emisor podía generar una contaminación severa del Río de la Plata. No encontramos respuesta a nuestro planteo durante el gobierno anterior, salvo las declaraciones del Subsecretario de la cartera competente, que manifestó no tener conocimiento de ese emprendimiento.

Asume el nuevo gobierno y volvimos a insistir con este tema y nuestros planteos recibieron diversos comentarios de las autoridades competentes.

En un principio, de que se trataba de un hecho consumado y que el emisor subacuático no iba a contaminar y, posteriormente, que se iban a realizar monitoreos permanentes de las aguas cloacales e industriales que este emprendimiento realizará una vez que entrase a funcionar.

Se trata del reconocimiento del riesgo ambiental porque, obviamente, si se va a monitorear es porque existe el riesgo.

Pero lo que no aclararon ni el Ministro de Ambiente, ni el Presidente de la delegación uruguaya ante la CARP, es lo que se va a hacer si se verifica que lo vertido produce una contaminación severa.

Es claro que no se va a poder parar el vertimiento, y por ende el emisor seguirá contaminando quién sabe hasta cuándo.

Nuestro planteo no está dirigido a impedir sino a prevenir.

En Derecho Ambiental existe un principio fundamental que es el principio precautorio. Sólo pretendemos que se lleve a cabo de manera urgente un estudio independiente de impacto ambiental, a los efectos de que si el mismo se expide en el sentido de que el previo tratamiento de esas aguas cloacales no da garantías, se realicen las obras necesarias para sustituirlo por uno de alto nivel, a fin de darle tranquilidad a las poblaciones de ambas márgenes del Plata.

Si existe un riesgo de contaminación ambiental, lo razonable no es inspeccionar si el mismo contamina o no. Lo razonable es prevenirlo y tomar en cuenta las opiniones de especialistas, tanto argentinos como uruguayos.

En efecto, del lado argentino cabe mencionar a Pablo Luis Caballero que sostuvo que “el sistema es insuficiente porque los químicos llegan igualmente al Río” (Búsqueda 22.10 2009) y al Embajador Dr. Raúl Estrada Oyuela, que se expidió, en reiteradas oportunidades, con críticas al sistema de ACUMAR.

Del lado uruguayo, el Catedrático Grado 5 de la Facultad de Ciencias, Dr. en Tecnología Ambiental Daniel Panario, ha sostenido que el sistema de pretratamiento de las aguas a verterse por ese emisor “no sería suficiente para eliminar sustancias como el fósforo y el nitrógeno”. Elementos químicos que, precisamente, son caldo de cultivo de las cianobacterias…

Esta obra se viene realizando a merced de la financiación del Banco Mundial que tiene como uno de sus principios fundamentales la protección del ambiente. Pero hete aquí que, en el informe del 27 de junio de 2019, de ese banco, sobre el tema, se reconoce que se optó por un sistema de bajo nivel de tratamiento en razón de la alta capacidad de oxigenación del Río de la Plata y por razones económicas.

Estimo que, si no se hace nada y luego el emisor contamina, habrá responsabilidad no sólo de ambos gobiernos platenses sino también del Banco Mundial; por lo que el Director de ese Banco para Argentina, Paraguay y Uruguay, Jordan Schwartz, debería interesarse sobre este asunto.

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