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Se fue el balde...

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@|Días atrás, durante uno de los crímenes que, como sociedad, padecemos diariamente y a los que ya estamos acostumbrados, los delincuentes luego de rapiñar un pequeño autoservicio (de un barrio no precisamente “de gente pudiente”), arrancaron para el Red Pagos de al lado, para ver si rendía un poco más la jornada. 

Allí, ante la negativa de las cajeras de entregar el dinero o facilitarles la entrada, se dispusieron a romper los vidrios, cosa que tampoco lograron.

Pero la sorpresa fue mayúscula (por la, hasta ahora, novedosa reacción), cuando los energúmenos, en un ataque de furia solo atribuible al sentimiento de frustración por no haber logrado el propósito de hacer unos pesos más, decidieron prender fuego las instalaciones, pero con las empleadas adentro.

Robo y mato; no robo y mato igual, ¿y qué?

Muy triste, pero ese parece ser el sentir de esa pobre gente, a los que todo les da igual… ¡Cuidado, que se le va la cadena!, Señor Presidente.

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