@|Estoy totalmente de acuerdo con lo expresado bajo el título “Bacterias resistentes en los hospitales”, del día 5 de marzo. No debiera permitirse a los funcionarios de la salud, salir a la calle con la ropa de trabajo.
Vivo frente a un sanatorio y los veo tomando mate en la vereda, en los comercios donde se venden alimentos, sentados durante su descanso o viajando en ómnibus con la ropa blanca. Tengo experiencia en la industria alimentaria, donde los operadores deben bañarse antes de entrar a los lugares de producción, cambiar la ropa de calle por la ropa de trabajo, cambiar su calzado por botas y lavarlas antes de entrar. Cuando se trata de la salud, las exigencias no deberían ser menores.

Los lugares de trabajo deben contar con instalaciones para el descanso del personal y comedores con las mismas condiciones de higiene que requiere un hospital.