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Atrevido

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@|Cuando no se tienen argumentos valederos, el recurso de la ofensa es muchas veces empleado.

Así, muchas veces observamos que en una discusión civilizada, en la que un oponente se expresa diciendo verdades incontrastables, los recursos que se utilizan son aquellos que posibiliten cambiar el escenario en el que no existe defensa posible. Uno de ellos es el de agraviar al oponente, o el de retirarse de la escena haciéndose el ofendido.

Algunas personas que no han vivido ciertas etapas de la existencia de nuestra nación, se creen a pies juntillas lo que les han inculcado en sus mentes algunos idealistas que tienen visiones hemipléjicas del mundo.

A principios de febrero de 1973, algunos sectores de las Fuerzas Armadas iniciaron las acciones que desembocarían en la dictadura cívico-militar entre 1973 y 1985.

En ese entonces, los militares emitieron unos comunicados que para algunos sectores de la izquierda les pareció que favorecían a sus intereses, por lo que en principio los apoyaron. Esto es un hecho histórico a pesar de que luego la izquierda se dio cuenta que lo que habían supuesto era erróneo.

Tergiversar lo expresado por un oponente ante la prensa es un estilo usual de ciertos políticos. Por ejemplo en Argentina, la actual vicepresidenta se siente “perseguida” por la Justicia por hechos de corrupción ocurridos durante su mandato anterior como presidenta y que han sido comprobados en etapas preliminares de investigación judicial.

No es novedad que hace algunos años en el Mercosur, con gobiernos de izquierda en Argentina, Brasil y Uruguay, se suspendió a Paraguay que había cambiado su orientación política y se aprobó el ingreso de Venezuela, cuyo gobierno es un régimen cívico-militar dictatorial, que no es para nada criticado por la izquierda uruguaya.

Aparentemente en una reciente sesión de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados existió un caso en la que uno de sus integrantes se sintió agraviado por expresiones del Sr. Ministro del ramo, que habría hecho mención a hechos históricos. Luego, ante la prensa lo calificó de “atrevido”.

Como conclusión, parecería ser que algunas veces decir la verdad es un atrevimiento...

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