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Atrapados por la UR

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@| El Movimiento de Deudores en UR nuclea a un grupo de gente mayor, que, en su mayoría, acudió al Banco Hipotecario del Uruguay hace muuuchoooss años, cuando era un banco social y antes que tocara fondo, básicamente por mal manejo (directores de aquélla época fueron a la cárcel… ¡qué vergüenza!). No había otras posibilidades de alcanzar el techo propio, sueño de los uruguayos por tradición. Y el Banco Hipotecario parecía estar cumpliendo con el Art. 45 de nuestra Constitución al facilitar la adquisición de una vivienda decorosa.

¡Los miembros del grupo están al día con sus cuotas y solamente pretenden justicia! Que se repare la “irritante injusticia” tal como fue recomendado por la Institución Nacional de Derechos Humanos al BHU. 

La única opción que ofrecía ese banco social era el ahorro y compra en UR (ésta es una unidad de medida basada en el Indice Medio de Salarios). No había otro camino de llegar al techo propio. El BHU y la UR. Esa UR que está cumpliendo 50 años. Sí, 50 años. Ya traspasó varios ciclos económicos. Ya está fuera de moda. Ya está fuera de la realidad. El BHU ya no permite ahorrar en UR y ya no otorga préstamos en UR. De aquí surge claramente que nos tienen de rehenes a más de 20.000 familias (unos 100.000 ciudadanos de nuestro país) que aspiraron a tener su vivienda decorosa y confiaron en el Estado.

Dicen que hoy la palabra (o sea, la solución) la tiene el Poder Ejecutivo. El Poder Ejecutivo, entonces, sería el responsable de reparar la injusticia que se viene cometiendo contra este importante grupo de integrantes de nuestra sociedad. Digo injusticia porque sí han atendido los reclamos de otros grupos… quizás por manifestarse violenta, ruidosa y agresivamente. Nosotros confiamos en el poder político y en la vía del diálogo. Nuestro pecado es seguir pagando nuestras cuotas, no importa a qué precio. Somos discriminados por pagar la cuota del techo antes que comer, lo que lleva a que el BHU tenga una morosidad del 1.5-2 %. Somos discriminados por ser “los nabos de siempre” al decir de Tomás Linn. 

Señor Presidente, Señor Ministro de Economía: apelamos a su sensibilidad. Las viviendas se han pagado varias veces. La UR pertenece a modelos de la prehistoria, económicamente hablando. Nuestro problema es reconocido por ustedes, ¡pero la solución no llega! ¿Qué debemos hacer?

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